Intervenciones en teoría cultural | Page 156

Historizando raza 155 los discursos jerárquicos fundados en los encuentros coloniales y en sus legados nacionales” (p. 2). Esta distinción entre ‘raza’ y ‘racialización’, “[…] permite enfatizar la ubicuidad de la raza y la racialización, pero subrayando los específicos contextos que configuran el pensamiento y práctica racial” (p. 2). Siguiendo la propuesta de Appelbaum, Macpherson y Rosemblatt, consideramos importante establecer la distinción entre los hechos históricos y sociales de la raza (en su doble dimensión, como palabra y como concepto) y la categoría analítica de racialización (como herramienta analítica). Es relevante tener presente que existe una distinción entre las categorizaciones encarnadas en las prácticas y representaciones sociales que agencian los disímiles actores en diferentes momentos y lugares, de un lado, y del otro las categorías de análisis a través de las cuales los académicos hacen sentido (o no) de estas prácticas y representaciones. No es muy esclarecedor confundir el plano de los ‘hechos sociales’ con las ‘herramientas’ con las cuales se los piensa, así sea esta distinción de carácter analítico, porque estas ‘herramientas’ son también ‘hechos sociales’ y porque aquéllos emergen o no en parte a partir de dichas herramientas. El llamado de Appelbaum, Macpherson y Rosemblatt a historizar la raza en su multiplicidad y densidad espacial y temporal es un valioso paso que compartimos, aunque nos distanciemos en el contenido otorgado a su categoría de ‘racialización’. Tal como la proponen, cualquier proceso de articulación de la diferencia como jerarquía afincado en los encuentros coloniales y los legados nacionales supondría ‘racialización’. A nuestra manera de ver, esto abre esta categoría a procesos de marcación y jerarquía que pueden ser distinguidos de los de la racialización, por lo que el potencial analítico de esta categoría se encuentra precisamente en la posibilidad de establecer su especificidad. Sobre esto volveremos más adelante.