Identidades: conceptualizaciones y metodologías
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y las representaciones que son puestas en juego en contextos
específicos. Además debe tenerse presente los diferentes planos
y escalas de análisis. Esto es, registrar las particulares narrativas
y sus efectos de verdad sobre las identidades en los individuos y
colectividades, sin olvidar que la forma cómo la gente se representa
y enuncia sus experiencias e identidades no agotan las explicaciones
de los entramados y procesos en los cuales éstas surgen, se
despliegan y se transforman. En otras palabras, comprender la
densidad de las interacciones en torno a las identidades no se
puede limitar a las narrativas sobre las mismas. De ahí que en el
estudio de las identidades no baste con hacer unas entrevistas para
luego transcribirlas y analizarlas discursivamente. Para capturar la
densidad de las prácticas de la identidad y sus imbricaciones con
las narrativas, se requiere de un trabajo cualitativo, minucioso
y prolongado anclado en la etnografía. Desde esta perspectiva,
el estudio de las identidades supone la combinación del análisis
discursivo y la experiencia etnográfica.
Igualmente, en el estudio de las identidades no basta con
quedarse en el lugar común de afirmar que las identidades son
construidas, en la repetición cuasi ritual de que las identidades
no son esenciales, inmutables o ahistóricas. Decir esto sobre una
identidad, es prácticamente no decir nada. Los estudios deben
mostrar, mas bien, las formas específicas, las trayectorias, las
tensiones y antagonismos que habitan históricamente y en un
momento dado las identidades concretas