Identidades: conceptualizaciones y metodologías
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constituidas en y no afuera de las representaciones. Ahora bien, no
se puede derivar de la existencia y operación de este componente
narrativo el planteamiento de que éstas se encuentran libremente
flotantes para ser capturadas por voluntades individuales y
colectivas. Sobre este punto volveré más adelante.
No pocos abordajes de la identidad pareciera que se quedan en el
aspecto antes comentado de que toda identidad supone un juego
de diferencias. No obstante, es crucial no descuidar otro aspecto
fundamental en la producción de las identidades/diferencias como
es el de las relaciones de poder. Las identidades no sólo se refieren
a la diferencia, sino también a la desigualdad y a la dominación.
Las prácticas de diferenciación y marcación no sólo establecen una
distinción entre las identidades-internalidades y sus respectivas
alteridades-externalidades, sino que a menudo se ligan con la
conservación o confrontación de jerarquías económicas, sociales
y políticas concretas. Las desigualdades en el acceso a recursos
económicos y simbólicos así como la dominación y sus disputas
suponen y fomentan el establecimiento de ciertas diferencias y, al
mismo tiempo, un borramiento u obliteración de otras posibles o
efectivas. En otras palabras, las distinciones de clase, de género,
de generación, de lugar, raciales, étnicas, culturales, etc. no son
sólo ‘buenas para pensar’ (parafraseando a Lévi-Strauss), esto es,
no sólo establecen taxonomías sociales, sino que son inmanentes
a los ensamblajes históricos de desigual distribución y acceso
a los recursos y riquezas producidos por una formación social
específica así como de sus tecnologías políticas de sometimiento.
En términos de Stuart Hall, las identidades “[...] emergen en el
juego de modalidades específicas de poder y, por ello, son más un
producto de la marcación de la diferencia y la exclusión que signo
de una unidad idéntica y naturalmente constituida [...]” (2003: 18).
Así las identidades no sólo están ligadas a principios clasificatorios,
sino también a prácticas de explotación y dominio. Pero incluso si