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Intervenciones en teoría cultural
Antes de terminar este aparte sobre las múltiples modernidades,10
es pertinente subrayar que la pluralización del análisis de la
modernidad no se ha circunscrito a la idea de las modernidades
alternativas o las modernidades vernáculas. Más allá de esta idea,
encontramos trabajos que proponen lo que podríamos denominar
como otras modernidades. La diferencia radica en que mientras
las conceptualizaciones de las modernidades alternativas o
vernáculas suponen a la euro-modernidad como la formación a la
que se transforma, modula y resiste desde localidades o prácticas
de diferencia basadas en lugar, la idea de otras modernidades va
mucho más allá al mostrar que la euro-modernidad ha sido sólo
una manera de modernidad ya que han existido, a veces antes e
independientemente de Occidente, otras modernidades.
Las otras modernidades, entonces, no son variaciones o
modulaciones de la euro-modernidad (como en las modernidades
alternativas o vernáculas), sino que son modernidades genealógica
y ontológicamente otras. Los recientes planteamientos de
Grossberg (2010) ilustran este modelo. Grossberg parte de
sugerir que debe rechazarse:
[…] una única narrativa de la modernidad, incluso
una narrativa lineal fracturada a través de la cual
la modernidad se mueve, ya sea suavemente o con
rupturas, en una serie de estados. No es un asunto de
variaciones, no importa cuán grandes, en torno a una
serie de temas, ni un proceso continuo de hibridación
de alguna formación originaria (2010: 268).
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10 Además de los autores ya mencionados, entre la literatura más sociológica
que empieza a elaborar la idea de múltiples modernidades, ver Eisenstadt
(2000), Kaya (2004), Martin (2005) y Wagner (2000).