Modernidad y diferencia
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de modernidad subyacente en la diversidad de sus expresiones.
Modernidades alternativas o vernáculas tiende a reproducir una
subyacente y fundamental modernidad como modelo o esencia, a
partir de la cual se establecería la multiplicidad de modernidades
realmente existentes. Si en las diferentes versiones de modernidades
alternativas o vernáculas se mantiene una subyacente modernidad
como una especie de trascendente, la pregunta sería, entonces,
¿qué tan alternativas o que tan vernáculas son las modernidades
alternativas o vernáculas?
El cuestionamiento opuesto también ha sido formulado. Para
autores como Kahn (2001) si, como argumentan las modernidades
alternativas o vernáculas, la modernidad es siempre en plural ya que
no se puede desvincular de los contextos históricos y culturales en
los cuales se articula (incluyendo a las modalidades de modernidad
europea), de esta multiplicidad radicalmente contextual no podría
destilarse algo así como una ‘modernidad pura’ a no ser que se
recurra a una noción extremadamente formal y procedimental
de lo que significaría en últimas modernidad. Pero ya en este
caso, habría perdido sentido hablar de modernidad tanto como
adjetivarla con un apelativo nacional o regional: “Si la modernidad
[…] no puede abstraerse del contexto y su singularidad, ¿es en
últimas de alguna utilidad hablar de la modernidad? ¿Por qué
hablar de una modernidad griega, asiática, islámica en cualquier
caso si lo singular es inimaginable? Nada en absoluto se puede
obtener mediante la adición del término ya que no puede tener
sentido por sí mismo” (Kahn 2001: 659).
Ante tal grado de relativización contextual de lo que puede ser
considerado como modernidad, entonces se diluye cualquier
posibilidad de una generalización significativa del término
que implique conservar algo de su relevancia analítica:
“La insistencia del etnógrafo en la primacía del contexto, al
relativizar y pluralizar la modernidad, nos lleva a rechazar