Intertexto3.0 -Aniversario | Page 72

4. CONCLUSIONES 4. Conclusiones A lo largo del trabajo hemos seguido los pasos que resumimos en la Introducción, correspondientes a las secciones 1., 2. y 3. En la primera sección explicamos el problema de las fuentes, lo que nos llevó a prestar atención a algunos trabajos arqueológicos que se realizaron junto al análisis de fuentes históricas y mitológicas. Dichas investigaciones develaron muchos materiales que han permitido situar los niveles arqueológicos en determinadas épocas, concluyendo, mediante la comparación con los poemas homéricos, que muchas de las escenas narradas nos muestran elementos correspondientes a la cultura micénica, más específicamente la circunscripta entre los años 1600 y 1200 a. C. Se pudo así determinar en trazos generales los modos de vida de esta civilización, revelando a la vez los contactos con otros pueblos, entre los cuales se destacan los aqueos y los cretenses. El primero, analizado también en esta misma sección, y que según los trabajos que tomamos como base se habrían fundido con los micénicos, muestra gran cantidad de datos sobre el rol de la mujer en aquellas tierras, rol en muchos aspectos compartido por los micénicos en lo que se puede distinguir como propiamente suyo; el segundo quedó por el momento postergado para un análisis posterior. Luego de los micénicos y los aqueos, nos detuvimos en algunos aspectos sobre Troya y, por último, en relación al presente homérico. A medida que fuimos avanzando nos dábamos cuenta de que no era posible, con los datos que se tienen hoy en día, discernir con demasiada concreción y objetividad entre los fenómenos femeninos de los micénicos, los aqueos y los troyanos. Las conclusiones parciales que podemos extraer de esta parte del trabajo indican que se trataba de pueblos cazadores y guerreros, con una preponderancia del papel masculino sobre las actividades más importantes para ellos. La segunda sección se basó en la lectura de los personajes tanto mortales como inmortales de la Ilíada. Las primeras mostraron un desenvolvimiento en general pasivo, lo cual indica una correspondencia más directa entre las mujeres de la obra y el ideal de la época o las épocas representadas. No obstante, un seguimiento más agudo nos permitió descubrir que había ciertas contradicciones entre dicho ideal y los personajes. Las segundas, en cambio, señalaron desde el comienzo las incongruencias, pues su poder es mucho más fácil de ver. Destacamos, entre las divinidades de la epopeya, a Hera, Atenea, Ártemis y Afrodita, cuyas características, epítetos y acciones nos remiten al pasado que alguna vez tuvieron, mucho más trascendental de lo que se supone en la época homérica estudiada en la sección 1. De este modo se comprobaba el primer planteamiento de nuestra hipótesis, esto es, la presencia de un poderío femenino paradójico en relación con el resto de los datos que poseemos sobre la cultura que creó el poema; y estos mismos rasgos de las deidades, unas veces físicos, otras espirituales o de esencia, y otras de actuación, nos sirvieron de apoyo para rastrear lo que sería el objeto de estudio de la última sección. Aquí pudimos desvelar los orígenes de muchas de estas diosas. Así como las anteriores, la sección 3. fue subdividida. Por un lado, nos detuvimos en la cultura cretense, ya que habíamos vislumbrado anteriormente que habría sido muy determinante en la religión micénica. Los elementos observados aquí nos permitieron establecer diversos puntos de enlace entre ambas civilizaciones, lo cual significó la gran probabilidad de que esta cultura