Intertexto3.0 -Aniversario | Page 33

el periodista en dos contextos diferentes: dictadores versus pueblo y K versus anti K. Cabe recordar que el periodista destaca que el concepto prendió más en la sociedad en el segundo caso y que él no pudo controlarlo, una vez que el acontecimiento se creó y circuló. Pocos saben que el término fue usado en la época militar y, sin embargo, en el presente es la palabra más representativa de la realidad de los argentinos. Vocablo que se ha separado de su significado inherente para ser instalado con una sentido impuesto por los medios que lo vinculan al odio. Entonces ¿Es que la palabra construye realidad? y si es así ¿Quién nos dejó la grieta? Los medios condicionan la semiosis social, por semiosis social se entiende la dimensión significante de los fenómenos sociales: el estudio de la semiosis es el estudio de los procesos de producción de sentido. Una teoría de los discursos sociales reposa sobre una doble hipótesis que, pese a su trivialidad aparente, hay que tomar en serio: a) toda producción de sentido es necesariamente social: no se puede describir ni explicar satisfactoriamente un proceso significante, sin explicar sus condiciones sociales productivas / b) todo fenómeno social es, en una de sus dimensiones constitutivas, un proceso de producción de sentido, cualquiera que fuere el nivel de análisis. Toda forma de organización social, todo sistema de acción, todo conjunto de relaciones sociales implican una dimensión significante: las representaciones. Este doble anclaje, del sentido en lo social y de lo social en el sentido, solo se puede develar cuando se considera la producción de sentido como discursiva, por lo tanto, solo en el nivel de la discursividad el sentido manifiesta sus determinaciones sociales y los fenómenos sociales develan su dimensión significante. En definitiva es en la semiosis donde se construye la realidad de lo social. El discurso político, particularmente, tiene como objeto la manipulación persuasiva con fines prescriptivos que tienden a promover reglas de comportamiento. El poder 3 funciona según las modalidades de cada contexto que le impone restricciones. Así, discurso político y poder conforman un texto donde todos los elementos se interrelacionan y connotan. El poder se enuncia discursivamente dejando huellas que luego se recuperan como efecto de lectura si son reconocidas por la sociedad de acuerdo a la pertinencia lograda en la circulación entre la gramática de producción y la gramática de reconocimiento. Lo imprescindible es conocer cómo circula en la sociedad el discurso del poder, cómo se producen y se imponen sus temas recurrentes ya que este poder opera como práctica social que integra el imaginario colectivo e incluye por lo tanto el problema de la ideología. Lo ideológico atraviesa todo el dispositivo de poder y puede sostener y poner en funcionamiento reglas de vida y de conducta que dejan sus marcas en el discurso que las legitima y produce. El discurso del poder utiliza el lenguaje como un tipo de acción y de comportamiento social que se define por sus obligaciones y prescripciones, por sus procedimientos de exclusión e inclusión, de control y delimitación para que el destinatario quede sujeto a órdenes y consignas. Delimita con claridad lo nuestro y lo ajeno para implicar al receptor en relaciones de poder basadas en principios de autoridad, jerarquía, disciplina y orden, que persiguen un argumento ideológico y como consecuencia un pensamiento único. El poder se arroga una actitud moral que al mismo tiempo sirve para denigrar al otro y para justificar cualquier acción en su contra, porque presenta una visión maniquea de la realidad y organiza el sentido en rígidas oposiciones conceptuales: las connotaciones valorizadas como positivas y las negativas. Por un lado, este tipo de discurso arma un nuevo lenguaje con diferentes estrategias: redefinen palabras, explican qué se debe entender en cada caso y qué significa para los otros (los malos) esas acciones. Por otro lado, las expresiones son sencillas para llegar a todos y Poder es el nombre dado a una situación estratégica compleja, en una sociedad determinada (Foucault, 1976: 123). 3 5