Instituto Mexicano de Economía del Comportamiento CONTRIBUCIONES CONTRA LA CORRUPCIÓN | Page 8
Otro experimento que trató de comprobar la influencia del entorno sobre el comportamiento individual es el
de Falk and Fischbacher (2002) donde los participantes podían incrementar sus pagos en detrimento del de los
demás. Los resultados demostraron que “cuanto más roban los sujetos promedio, más roban los demás”. Aunque
el experimento no estaba diseñado con referencias a la corrupción, los resultados son claramente extrapolables a
ella.
Si se desarrollan efectos de interacción social dentro de los grupos, la corrupción de convierte en una institución
que se retroalimenta. Dong et al. (2008) hacen referencia al concepto de “corrupción condicional”, semejante a
la “cooperación condicional” observada en experimentos de contribuciones a bienes públicos. Por lo tanto, tener
información sobre el comportamiento corrupto de los demás influencia las decisiones individuales a la hora de ser
corrupto o no.
La sección quinta de este capítulo presenta en mayor profundidad un experimento de Armantier y Boly (2008)
donde se llevó a cabo un experimento en dos contextos muy distintos con sujetos de características diferentes.
Los autores encontraron que características individuales tales como la religiosidad o la edad parecen estar negati-
vamente correlacionadas con la aceptación de sobornos.
Hallazgos experimentales en materia anti-corrupción
a. Control y detección
Uno de los argumentos más repetidos en la lucha anticorrupción se refiere a los mecanismos que implican un con-
trol sobre las actividades llevadas a cabo por los funcionarios, con el fin de detectar irregularidades en su desarrol-
lo que puede perjudicar el bienestar social. Frank y Schulze (2003) investigaron el efecto que tiene un mecanismo
de detección sobre la frecuencia de comportamiento corrupto. Introdujeron una probabilidad de detección correl-
acionada con la cantidad de soborno propuesta. El objetivo era estudiar si un mayor riesgo reduce la corrupción
o la incrementa debido a los mayores costes de la corrupción. Los autores encontraron que un mecanismo de
detección incrementa significativamente la cantidad de gente que decide ser corrupto.
Olken (2007) sin embargo, realizó en un experimento de campo en el que el control sobre el gasto público tenía
una influencia relevante y positiva para reducir la corrupción, incluso en entornos muy corruptos. El estudio en-
contró que un incremento de las auditorías sobre los proyectos de carreteras en los poblados de Indonesia tenía
un efecto positivo para reducir el malgasto de recursos económicos.
Para analizar la efectividad de distintos mecanismos de control, Serra (2011) diseñó un experimento incluyendo
un par de ellos: control “de arriba a abajo” en el que el estado es el que controla la corrupción – un oficial público
controlando a otro - y un mecanismo “de abajo a arriba” en el que la actuación de los funcionarios era auditada
por los ciudadanos afectados por la corrupción . Los ciudadanos, requieren el servicio de un oficial público, el cual
puede solicitar un soborno al ciudadano si deseara un servicio de mayor calidad o para que se le proveyera más
rápidamente. Si el ciudadano acepta pagar el soborno, ambos jugadores incrementan sus pagos. Pero si el soborno
llega a ocurrir, los pagos para los otros miembros de la sociedad disminuyen. Desarrollaron tres tratamientos: en
el primero no existía ningún mecanismo de control; en el segundo, un mecanismo “de arriba a abajo” en el que la
probabilidad de detección era un cierto porcentaje; en el tercero, una combinación de “abajo a arriba” por la que
la denuncia de un ciudadano permitiría implementar un mecanismo de “arriba a abajo”. Frente a lo pronosticado,
la combinación de los dos mecanismos en el tercer tratamiento resultó ser el método más efectivo para reducir
la corrupción. Serra (2011) concluye que esto podría venir explicado por la aversión a traicionar una norma sub-
jetiva, y los costes no monetarios del rechazo social que provocaría ser denunciado por un ciudadano. Otro factor
que podría explicar estos resultados es el sesgo del comportamiento que implica la falacia de la conjunción