Instituto Mexicano de Economía del Comportamiento Comportamiento del consumidor | Page 26

índice Capítulo 2: Dos perspectivas de la Economía del Comportamiento 26 glosario los aspectos del ‘Sistema 1’ de nuestro aparato cognitivo que muchas veces son tanto imposibles de expresar y/o son opacas a la introspección. Es curioso cómo esas partes ‘menores’ de nuestro cerebro están tan involucradas en el proceso de toma de decisiones y en temas de comportamiento y otras partes mucho más importantes (fisiológicamente), tienen poca injerencia en la determinación de nuestro comportamiento y en nuestra toma de decisiones. Justo ese problema está latente cuando le preguntamos directamente a las personas lo que debemos hacer. La investigación de mercados suele estar expuesta al riesgo de escuchar únicamente un lado de la historia. Ahora llego por fin al tema de mi café y mi correo, y para ser franco, estoy completamente perplejo. Por cualquier medida objetiva, el precio relativo de estos dos bienes no tiene ningún sentido. Yo pude haber ahorrado 95% del precio de mi café, si me hubiera esperado a llegar a casa y hacerlo yo mismo. Por el contrario, si yo hubiera decidido boicotear a la oficina de correos y hubiera entregado mis paquetes en persona, me hubiera tomado la mayor parte de mi día y hubiera tenido que incurrir en al menos £25 en costos de transporte. Pero ¿alguna vez has escuchado a alguien que ande por ahí alabando al servicio postal por su espectacular manejo de economías de escala y red? ¡No, claro que no! (bastardos ingratos). Imagino que hubo un periodo justo después de la introducción del correo-a-centavo en 1840, que la gente decía “Wow, esto es genial” —por un mes tal vez. Pero hoy en día, nadie parece ser capaz de separar el valor de enviar una carta, de la norma establecida del costo de enviar una carta. Supongo que en términos técnicos, diríamos que “el excedente del consumidor no genera felicidad”. Aquí hay un servicio por el que yo estaría dispuesto a pagar £10, sin alternativas de menor precio, y se me está vendiendo por £1.85. Y aún así, no salgo de la oficina postal saltando de felicidad por haber ahorrado £8.15 en un bien que vale £10 para mí. Por el contrario, sólo pienso “£1.85 es lo que cuesta mandar un paquete, así que supongo que eso es lo que vale, bah.” Sección I: Introducción Ir a inicio de sección Manual de Economía del Comportamiento Vol. 2: Comportamiento del Consumidor