Instituto Mexicano de Economía del Comportamiento Comportamiento del consumidor | Page 25

índice Capítulo 2: Dos perspectivas de la Economía del Comportamiento 25 glosario mismo, rara vez pueden ser clasificadas tajantemente como buenas o malas; siempre existen cuestiones de la naturaleza y el grado de dichas intervenciones. Me gusta pensar que la mercadotecnia es como el colesterol; existen buenos y malos tipos de mercadotecnia. Es algo esencial para nuestra existencia, pero mucha mercadotecnia puede ser peligrosa. Y el problema ocurre cuando evitamos el tema por completo, precisamente para hacer de lado esta ambigüedad. Y es debido a esta extraña y moralista aversión a usar insights de la psicología para el diseño de experiencias, que nos hemos alejado del tema en lugar de ponerle la debida atención. Pero, como dije, mi enfoque principal es el de derribar todas estas barreras. Nosotros, en publicidad, hablamos comúnmente del concepto de ‘valor agregado’, pero también existe el concepto de ‘valor restado’. Esta idea de ‘valor restado’ ocurre cuando diseñamos para la parte incorrecta del cerebro o para un cerebro imaginario (aquel del homo-economicus) y no para el cerebro tal y como es. Cuando hacemos esto (no diseñar para el cerebro como es), en realidad estamos haciendo productos y servicios que son menos valiosos de lo que deberían ser. Considero que cometemos este error de crear ‘valor restado’ o de rechazar valor verdadero por múltiples razones; por un lado, no entendemos la forma y el funcionamiento de nuestros propios cerebros tan bien como conocemos el resto de nuestro cuerpo; por otro, por una extraña pero tal vez adaptativa razón, somos ciegos al nivel de ignorancia de nuestra propia psicología. Esto se debe a que tenemos una tendencia natural a ‘sobre racionalizar’ lo que está detrás de muchos de nuestros sentimientos y comportamientos. Esto nos hace diseñar para un tipo de cerebro erróneo, dado que el ‘Sistema 2’ de nuestro cerebro (usando la analogía de Kahneman) es la parte más intelectual de nuestro aparato mental, tendemos a diseñar las cosas para esa parte de nuestro cerebro e ignoramos Sección I: Introducción Ir a inicio de sección Manual de Economía del Comportamiento Vol. 2: Comportamiento del Consumidor