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El académico José Miguel Araya, Magíster en Ciencias de la Ingenieria, nos habla sobre los avances y aspectos como colaborador del proyecto "Nueva Ingenería para el 2030” en la Universidad de Santiago de chile.

José Miguel Araya:

-¿De qué forma está participando la Universidad de Santiago, y en particular el departamento de Industrias en el proyecto del Ingeniero 2030?

-Este es un proyecto de la facultad de Ingeniería que ha solicitado la cooperación de una serie de colegas de la facultad y de distintos departamentos. Está liderado por el Vicedecano de docencia y lo secunda la profesora de nuestra escuela, Dra. María Teresa Santander.

Con el profesor Narvarte, estamos colaborando en calidad de expertos. Yo estoy viendo los aspectos que tienen que ver con el entorno y cómo el ingeniero se inserta en las nuevas condiciones más desafiantes de la ingeniería, proyectándose al futuro. El Profesor Narvarte está colaborando con lo que es ordenar los antecedentes desde un punto de vista estratégico.

-A su juicio, haciendo una diagnóstico general de la escuela, ¿cuáles son los aspectos que se han destacado o deberían destacarse como puntos a mejorar?

-En la CORFO y en la misma Universidad, existe la idea de aproximarse a los estándares mundiales, de las universidades más destacadas. Se habla del Ingeniero de Clase Mundial, y de alguna manera esto nos pone una serie de desafíos, en particular cuando se habla de estándares mundiales. La pregunta es cómo se parametriza esto. Por ejemplo, no es solo la identidad, sino que cuando se habla de mallas curriculares, la pregunta es ¿cuánto dura la carrera?

En el resto del mundo, las carreras de ingeniería no superan los cinco años, incluso en Holanda dura tres. En esos países hacen una apuesta por la formación de calidad de los ingenieros en un corto tiempo, pero por otro lado con la continuidad de los estudios, respecto de postgrados, magísteres y doctorados.

Lo segundo, hay un sistema educativo que está articulado de mejor calidad. La educación básica, media y preescolar incluso, en estos países están absolutamente cubiertos y sostenidos con modelos de calidad y de educación, que entre otras cosas tienen resonancia con una cultura que valora la educación en un nivel educativo. Debido a esto, los estudiantes que ingresan a estas universidades cumplen con la exigencia que les piden.