El 46% de la población estudió hasta primaria y el 26% manifiesta no tener estudios, estas dos variables son las predominan en las familias, lo que representa un gran factor de riesgo, que a su vez les generó un mayor impacto a futuro. El bajo nivel académico dificultó entre otras cosas, la obtención de empleo digno, lo cual afectó económicamente a las familias, máxime bajo las circunstancias sociales y culturales en las que se desenvolvían para la época de los hechos victimizantes y que actualmente se mantienen.
Como se manifestó anteriormente, hallamos que las víctimas fatales eran las que asumían el rol de sustento principal del hogar, y una vez ocurrido el hecho debió ser asumido por cualquier otro miembro de la familia (que por lo general era la esposa o los hijos de la víctima). Con esto, las crisis en las familias se agravaron por las múltiples vulnerabilidades que se desarrollaban a la par del hecho, prolongando las afectaciones psicosociales.
Dimensionar las afectaciones familiares requiere analizar las condiciones de acceso a los servicios públicos, como una medida para el análisis del impacto socioeconómico. De esto se observa que solo el 26% de las familias cuentan con los servicios públicos domiciliarios (agua, luz, gas, alcantarillado) en su totalidad, respecto a esto:
SERVICIOS PÚBLICOS DOMICILIARIOS
Las familias presentan un déficit en el acceso a los servicios públicos lo que representa un factor de riego, debido a la dificultad para satisfacer sus necesidades básicas en el buen vivir. Esto es un efecto de la inequidad, la falta de oportunidades laborales y educativas, acompañado de la impunidad y la desigualdad social estructural. Situación que al contrario de verse disminuida, aumenta anualmente, como lo expresa Guereña A. en la publicación que realiza OXFAM en el 2017 cuando afirma que “Colombia como el país más desigual de la región en cuanto a concentración de la tierra y la forma en que este problema se ha agravado con el paso del tiempo” un asunto que complica y se confabula con todas las afectaciones psicosociales.
Al analizar los factores multidimensionales que interfieren en las afectaciones de las familias se puede evidenciar que el Estado no solo victimizó en una ocasión a la población, sino por contrario, desplegó un comportamiento revictimizante. Con lo cual profundizó la crisis en las personas, familias y sociedad, esto se refleja en las vulneraciones halladas en las víctimas y sus familiares durante el desarrollo de la investigación.