INFORMANTE CLAVE | Page 39

44 Introducción a la ¡nve~stigacj()n cualitativa se utiliza como sustituto de la realidad estudiada en el proceso posterior. Origi· nalmente, se estudiaban las biografías, pero ahora se dispone de la narración producida en la entrevista para la interpretaci6n. De esta narración queda sólo lo que el registro ha "apresado" y lo que está documentado por el método elegido de transcripción. El texto producido de esta manera es la base de las interpretacio· nes posteriores y de Jos hallazgos derivados así: acudir de nuevo a los registros acústicos es tan inusual como volver a entrevistar (u observar) otra vez a los suje10s. Es difícil establecer un control de cuánto y qué contiene y reproduce este texto del problema original: por ejemplo, de una biografía. las ciencias sociales, que se han convertido necesariamente en una ciencia textual (Gross, 1981) Y que dependen de los textos como maneras de fijar y objetivar sus hallazgos, deberían prestar más atención a estos tipos de preguntas. La cuestión rara vez mencionada de la producción de nuevas realidades (por ejemplo, la vida como narración) al generar e interpretar los datos como textos y los textos como datos se tiene que analizar más. El texto como creación del mundo: Construcciones de primer grado y de segundo grado Que la relación del texto y 'a realidad no se puede reducir a una representación simple de hechos dados se ha analizado durante bastante tiempo en contextos diferentes como una "crisis de representación". En el debate en torno a la cuestión de hasta qué punto se puede representar el mundo en los sistemas informáticos o los sistemas cognitivos, Winograd y Flores (1986) expresan graves dudas sobre esta idea simple de representación, mientras que Paul Ricoeur ve esos debates como un tema general de la filosofía moderna. Partiendo de los debates en la etnografía (por ejemplo, Berg y Fuchs, 1993; Clifford y Marcus, 1986), se analiza esta crisis para la investigación cualitativa como una crisis doble de representación y de legitimación. En cuanto a la crisis de representación, y como consecuencia del giro lingüístico en las ciencias sociales, se duda que los investigadores sociales puedan "capturar directamente 'a experiencia vivida. Esta experiencia, según se afirma ahora, se crea en el texto 50C.81 escrito por el investigador. Ésta es la crisis de la representación ... Hace problemático el enlace directo entre la experiencia y el texto" (Denzin y Lincoln, 2000b, pág. 17). La segunda crisis es la da legitimación, yen ella los criterios clásicos para evaluar la investigación se rechazan para la investigación cualitativa o -siguiendo al postmodernismo-- se rechaza en general la posibilidad de legitimar el conocimiento científico (véase el Capítulo XViii). El punto crucial en estos debates es hasta qué punto -especialmente en la investigación social- podemos suponer todavía una realidad existente fuera de los puntos de vista subietivos o socialmente compartidos y cuya Ilrepresentación" podamos validar en los textos u otros productos de investigación. Las distintas variedades de constructivismo sociaJ (véase Knorr-Cetina, 1989, para una panorámica general breve) o construccionismo (Gergen, 1985) rechazan estos supuestos. Por el contrario, parten de la idea de que los participantes producen activamente las realidades por medio de los significados atribuidos a ciertos acontecimientos y objetos, y que la investigación social no puede escapar a estas © Ediciones Morats. S.l.