INFORMANTE CLAVE | Page 39
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Introducción a la
¡nve~stigacj()n
cualitativa
se utiliza como sustituto de la realidad estudiada en el proceso posterior. Origi·
nalmente, se estudiaban las biografías, pero ahora se dispone de la narración
producida en la entrevista para la interpretaci6n. De esta narración queda sólo lo
que el registro ha "apresado" y lo que está documentado por el método elegido de
transcripción. El texto producido de esta manera es la base de las interpretacio·
nes posteriores y de Jos hallazgos derivados así: acudir de nuevo a los registros
acústicos es tan inusual como volver a entrevistar (u observar) otra vez a los suje10s. Es difícil establecer un control de cuánto y qué contiene y reproduce este texto del problema original: por ejemplo, de una biografía. las ciencias sociales, que
se han convertido necesariamente en una ciencia textual (Gross, 1981) Y que dependen de los textos como maneras de fijar y objetivar sus hallazgos, deberían
prestar más atención a estos tipos de preguntas. La cuestión rara vez mencionada de la producción de nuevas realidades (por ejemplo, la vida como narración) al
generar e interpretar los datos como textos y los textos como datos se tiene que
analizar más.
El texto como creación del mundo: Construcciones
de primer grado y de segundo grado
Que la relación del texto y 'a realidad no se puede reducir a una representación simple de hechos dados se ha analizado durante bastante tiempo en contextos diferentes como una "crisis de representación". En el debate en torno a la
cuestión de hasta qué punto se puede representar el mundo en los sistemas
informáticos o los sistemas cognitivos, Winograd y Flores (1986) expresan graves
dudas sobre esta idea simple de representación, mientras que Paul Ricoeur ve
esos debates como un tema general de la filosofía moderna. Partiendo de los
debates en la etnografía (por ejemplo, Berg y Fuchs, 1993; Clifford y Marcus,
1986), se analiza esta crisis para la investigación cualitativa como una crisis doble
de representación y de legitimación. En cuanto a la crisis de representación, y
como consecuencia del giro lingüístico en las ciencias sociales, se duda que los
investigadores sociales puedan "capturar directamente 'a experiencia vivida. Esta
experiencia, según se afirma ahora, se crea en el texto 50C.81 escrito por el investigador. Ésta es la crisis de la representación ... Hace problemático el enlace directo entre la experiencia y el texto" (Denzin y Lincoln, 2000b, pág. 17). La segunda
crisis es la da legitimación, yen ella los criterios clásicos para evaluar la investigación se rechazan para la investigación cualitativa o -siguiendo al postmodernismo-- se rechaza en general la posibilidad de legitimar el conocimiento científico (véase el Capítulo XViii).
El punto crucial en estos debates es hasta qué punto -especialmente en la
investigación social- podemos suponer todavía una realidad existente fuera de
los puntos de vista subietivos o socialmente compartidos y cuya Ilrepresentación"
podamos validar en los textos u otros productos de investigación. Las distintas
variedades de constructivismo sociaJ (véase Knorr-Cetina, 1989, para una panorámica general breve) o construccionismo (Gergen, 1985) rechazan estos supuestos. Por el contrario, parten de la idea de que los participantes producen activamente las realidades por medio de los significados atribuidos a ciertos
acontecimientos y objetos, y que la investigación social no puede escapar a estas
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