puede impactar de forma individual a cada persona, generando un cambio desde lo particular a lo general (Objetivos de Desarrollo Sostenible, 2020)
La educación se puede definir como un proceso donde se le brinda a un individuo las herramientas y conocimientos esenciales para ponerlos en práctica durante la vida cotidiana. Los individuos adquieren conocimientos, habilidades, creencias, valores o hábitos de parte de otros que se encargan de transmitirlos mediante diversos métodos (Adriana Sánchez, 2019)
La relación que existe entre la desigualdad y la educación va más allá de la relación que tiene un alumno con un docente, es una relación entre instituciones centrales para la educación: la escuela y la familia, pero está relación es una de las múltiples formas en las que se manifiesta la compleja articulación entre lo educativo y lo social, es decir, los sistemas educativos y las sociedades a los que están inscritos (Néstor López, 2006).
Debido a la fuerte relación que hay entre estos dos conceptos, la calidad educativa que reciben las personas puede verse afectada ya sea por su posición social, por su lengua materna, sus inquietudes e incluso por su forma de vestir (Néstor López, 2006).
Solamente 1 de cada 10 adolescentes que sólo habla una lengua indígena y no español asiste a la escuela en México en comparación con 7 de cada 10 del resto de la población y solamente 2 de cada 5 adolescentes que viven en pobreza extrema continúan su educación más allá de la secundaria (UNICEF, 2018).