INFILTRACIÓN MUNDIAL - SALVADOR BORREGO E. Infiltración Mundial (Salvador Borrego E.) | Page 95
puentes, pero en seguida se abrió fuego sobre ellos. Llegaron 40 soldados más de
refuerzo. La lucha se prolongó durante cinco días y cuatro noches.
Debido a eso la aviación alemana de transporte estaba padeciendo grandes bajas
y llevaba perdidos 296 trimotores Ju-52 (de un total de 430). Además, el general
Von Klüchler, comandante del 18 Ejército alemán, temía un desembarque inglés
en Rotterdam y pidió que se conminara a los holandeses a cesar la lucha en la
ciudad, o bien, la aviación alemana tendría que intervenir en apoyo de sus
soldados sitiados en los puentes.
El coronel holandés Scharroo recibió a los emisarios alemanes al mediodía del 14
de mayo y estuvo dándoles "largas” durante 24horas. Al día siguiente la Luftwaffe
recibió órdenes de bombardear a las tropas holandesas que cercaban a los
alemanes posesionados de los puentes.
A las 14:15 del 15 de mayo el jefe del ejército holandés, general Winkelmann,
demostró cierta disposición para negociar, pero puso varios requisitos dilatorios. El
bombardeo estaba fijado para las 15 horas; es decir, faltaban 45 minutos.
Entonces los generales alemanes Schmidt y Student pidieron que el bombardeo
se aplazara, para ver si las nuevas negociaciones llegaban a un buen fin.
En ese momento !a escuadra de bombardeo número 54, del coronel Lackner, ya
volaba hacia el objetivo. La petición de suspender el ataque se captó en Bremen,
pero dada la diferencia de canales en la radio de Bremen la orden respectiva tuvo
que dar un rodeo hasta et puesto de la Luftwaffe que conducía a la escuadra 54.
En Münster, el teniente coronel Rieckhoff se elevó en un avión rápido de caza
tratando de alcanzar a los bombarderos, pero no lo logró. La orden radiada
"cambio de objetivo" ya no pudo ser escuchada en el último momento por los
pilotos de la escuadra 54, pues habían recogido las antenas y se disponían a
soltar las bombas a una altura de 750 metros, para lograr mayor precisión sobre
los objetivos militares.
En tierra, los generales Student y Cholitz ordenaron disparar bengalas rojas como
contraseña para que los bombarderos se alejaran, pero la visibilidad era mala y
unos pilotos distinguieron las bengalas a tiempo y otros no. De los cien aviones
que participaron en el ataque, 43 lograron percibir la contraseña y se retiraron sin
bombardear. Los otros 57 dejaron caer 97 toneladas de ex