INFILTRACIÓN MUNDIAL - SALVADOR BORREGO E. Infiltración Mundial (Salvador Borrego E.) | Page 94

gran parte de sus fortines y galerías subterráneas habían sido dinamitadas por los atacantes. Otros golpes parecidos se consumaron sobre tres importantes puentes del Canal Alberto y en cada una de esas operaciones participaron menos de cien hombres. Simultáneamente, y a fin de provocar confusión entre los aliados, los alemanes lanzaron en diversos puntos 200 "paracaidistas'' que no avanzaban ni se rendían6se trataba de muñecos de paja uniformados y con armas y dispositivos automáticos para encender petardos que simulaban ruido de combate. (Esta estratagema la usaron cuatro años después los aliados en la invasión de Francia). LOS 30.000 “MUERTOS” DE ROTERDAM. En la guerra la propaganda es también un arma de lucha que enfatiza victorias y amengua derrotas que tiende a levantar la moral propia y a debilitar la contraria. Pero en la pasada guerra la propaganda aliada tuvo una veta de origen no americano, no francés, no ingles, que rebasó los límites de lo que se había considerado lícito en la propaganda y recurrió a la calumnia y a la total deformación de los hechos. El caso de Rotterdam fue típico. Se afirmó que esa ciudad holandesa había sufrido un ataque terrorista de la aviación alemana y que habían perecido treinta mil civiles. Tuvieron que pasar seis años, ya terminada la guerra, para que el gobierno holandés precisara durante los procesos de Nuremberg que los muertos habían sido, en realidad, 814. Y no se había tratado de un bombardeo de terror, pues los acontecimientos se desarrollaron, en síntesis, del siguiente modo: Estratégicamente hablando Holanda tenía que ser ocupada para cubrir todo el flanco norte de la ofensiva alemana sobre Francia. Para eso era urgente capturar el aeródromo de Rotterdam y los puentes del centro de la ciudad. Sobre el aeródromo se arrojó el tercer batallón del regimiento de paracaidistas número uno. En el aeródromo había varios incendios. Veinte paracaidistas fueron lanzados erróneamente y sus paracaídas comenzaron a arder en el aire y cayeron luego sobre la hornaza. Los demás aterrizaron en las cercanías, aseguraron una pista, hicieron posible la llegada del 16vo. regimiento aerotransportado del teniente Schwiebert, y después de 15 minutos de lucha lograron dominar el aeródromo. Entretanto, los holandeses se fortificaron en la gran ciudad de Rotterdam y la convirtieron en una línea de combate. En esas circunstancias, y de acuerdo con los convenios internacionales, una plaza deja de ser intocable y se vuelve campo de batalla. Doce hidroaviones alemanes llevaron 120 soldados hasta los puentes del centro de la ciudad y lograron apoderarse de un extremo de dos de los 94