INFILTRACIÓN MUNDIAL - SALVADOR BORREGO E. Infiltración Mundial (Salvador Borrego E.) | Page 83

kilómetros de anchura. El paso se haría al amparo de la oscuridad, en la madrugada, y como aún no existía radar se consideraba que los noruegos serían tomados por sorpresa y no podrían atacar oportunamente. Pero los noruegos ya habían recibido el aviso del coronel Oster. . . El aviso les llegó precisamente de la dependencia alemana que estaba encargada de evitar que ocurrieran filtraciones y traiciones, o sea del Servicio de Contraespionaje. De esa manera las baterías noruegas estaban alerta, paradójicamente dotadas de cañones alemanes hasta de 280 milímetros de diámetro. Además, tenían preparados torpedos en las costas y se hallaban en alerta varios barcos minadores. Al acercarse la flotilla alemana, la sorpresa fue para ella que se vio sujeta a un certero fuego concentrado. El crucero alemán "Emden" fue gravemente dañado. También el crucero "Lutzow". El crucero pesado "Bluecher", de 10.000 toneladas, recibió varias andanadas, ardió y se hundió con 1.600 hombres. Parte de la fuerza que iba a ocupar la capital noruega pereció y parte fue hecha prisionera, incluso el contralmirante Oskar Kummetz, jefe de la escuadra, y el general Engelbrecht, jefe de la l63a. División de infantería. Oslo no había podido ser tomado y era uno de los puntos básicos. La operación estaba pendiendo de un hilo. Mientras en el fiordo de Oslo la marina alemana era diezmada y detenida, otro intento simultáneo se hacía por aire para capturar la capital. Esa misma madrugada (9 de abril) volaba hacia Oslo una "primera ola" de transportes, trimotores Ju-52, con la primera y segunda compañía de paracaidistas, al mando del capitán Erich Walther. Llevaban la misión de capturar el aeropuerto de Oslo y facilitar la llegada de tropas aerotransportadas para tomar la capital. Pero conforme esa "oleada" de 29 aviones se aproximaba a su objetivo, el tiempo empeoraba. La niebla era espesísima. Dos aviones desaparecieron, tal vez por colisión, y toda la flotilla recibió la orden de regresar a su base. (1) El Almirante Canaris -Karl H. Abshagen.- Panegirista de Canaris. Detrás de esa "primera ola" volaba una "segunda ola" de transportes con el 2o. batallón de infantería (no paracaidistas) al mando del capitán Wagner. Cuando éste recibió la orden radiada de regresar a su base, tuvo momentos de duda porque le había sido enviada por el Décimo Cuerpo Aéreo y no por su inmediato superior, el jefe del Transporte Aéreo. Pensaba si no sería una estratagema del enemigo y en ese momento distinguió algunos desgarramientos de las nubes. Ya próximo al objetivo, decidió seguir adelante. Minutos después esta "segunda oleada" volaba sobre el aeródromo de Oslo. El capitán Wagner no llevaba paracaidistas, sino infantería, pero decidió aterrizar para tomar el aeropuerto. Fue ésta una decisión de máximo arrojo y de gran trascendencia que iba a costar la vida al capitán Wagner, pero que imprimiría nuevo giro a la acción emprendida sobre Oslo. Cuando el avión del capitán se 83