INFILTRACIÓN MUNDIAL - SALVADOR BORREGO E. Infiltración Mundial (Salvador Borrego E.) | Page 82
"Es de la más alta importancia que los Estados escandinavos así como los
adversarios occidentales, escribió Hitler, sean cogidos por sorpresa. Las tropas no
serán advertidas de sus verdaderos objetivos sino después de su desembarco".
La operación "Ejército Weser" se puso en acción la madrugada del 9 de abril de
1940.
En el paso a Noruega quedaba Dinamarca, país neutral, que tendría también que
ser ocupado Para impedir que los ingleses penetraran en ese espacio abierto y
frustraran toda la operación sobre Noruega.
El Movimiento de Infiltración en el Servicio de Contraespionaje tuvo conocimiento
de lo que se preparaba y diez días antes de la operación el coronel Oster
(infiltrado) dio aviso a los aliados, Por conducto del agregado militar holandés en
Berlín, coronel J. E. Sas. "Oster confiaba en que si no se alcanzaba a parar
toda la empresa... Por lo menos se lograría (mediante el aviso a los aliados)
apresurar el fracaso de la operación en una primera fase". El jefe de Oster era
Canaris, quien por su parte pensó paralizar la operación enviando a Hitler informes
exagerados y alarmantes sobre posibles contramedidas inglesas, pero "HitIer no
se dejó turbar en su propósito".(l)
Dinamarca tenía frontera con Alemania y lo lógico era esperar que por ahí llegara
la invasión, pero lle gó por mar, directamente a la capital, Copénhague, donde
desembarcó un batallón alemán que velozmente cruzó varias calles y llegó hasta
la Ciudadela del ejército danés y hasta el Palacio Real. El rey Christian X quedó
sorprendido. Los alemanes tenían instrucciones de no disparar, sino de explicar a
los daneses que no iban como enemigos. Trataban de impedir que Dinamarca se
convirtiera en una puerta de entrada para los ingleses y los franceses.
El rey Chrislian preguntó al general alemán Himer si podía conservar su propia
guardia. Himer repuso que sí, y que podía seguir gobernando. Las tropas
alemanas sólo impedirían la llegada de fuerzas anglofrancesas. Entonces el rey
ordenó que no se hiciera resistencia, lo cual hubiera causado pérdidas
innecesarias, y dijo al comandante alemán: "General, ¿puedo como viejo soldado
decirle una cosa? ¿De soldado a soldado? Ustedes han realizado una vez más
algo increíble. Hay que admitir que es un trabajo magnífico".
Un obstáculo para la ocupación de Noruega acababa de desaparecer, pero faltaba
lo más difícil.
En esos momentos pequeñas flotillas de barcos alemanes zigzagueaban, por el
Skagerrak y por el Mar del Norte para eludir el bloqueo anglofrancés y llegar a los
puertos noruegos de Oslo, Stavenger, Bergen, Trondheim y Narvik, en una
extensión de más de 1.900 kilómetros de costa.
La flotilla más fuerte trataba de llegar a Oslo, capital noruega, para lo cual
necesitaba atravesar un fiordo fortificado, que en algunos lugares tenía 25
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