No hay documentación abundante acerca de lo que entonces sucedió en las intimidades del mando marxista, pero si pudo verse que estaba ocurriendo un cataclismo de proporciones increíbles; un cataclismo tan grande que la Cortina de Hierro no alcanzaría a ocultar.
Una sucesión de purgas sacudieron a la URSS y cayeron grandes figuras de la revolución marxista, antiguos veteranos de las luchas de 1905, de 1917 y de 1921. El“ Diluvio Comunista” augurado para Alemania ocurrió en la URSS.
Todo parece comprobar que aquella escisión en el mando rojo se debió a la forma en que Stalin había enfrentado el problema aleman y al empeño de algunos jerarcas para que se hicieran rectificaciones radicales.
La consolidación de Hitler en el poder, con el consiguiente fortalecimiento de un Partido que al lado del fascista italiano era el más fuerte que se enfrentaba auténticamente al comunismo internacional, hicieron visible que se aproximaba una guerra. Hitler mismo había escrito en su libro " Mi Lucha " que marcharía contra el bolchevismo, contra la URSS, y que lo destruiría. Los preparativos para esta marcha ya se habían iniciado. Por sí sola la URSS no podía vencer a Alemania, rnáxime que ésta se ganaba la simpatía y la alianza de Polonia, de Italia y de Japón, y actuaba para acercarse más a la Gran Bretaña, donde existía un núcleo que simpatizaba con ella, encabezado por el Príncipe de Gales, Eduardo Vlll, heredero de la Corona inglesa.
El primero de diciembre de 1934 fue asesinado en Rusia, de un tiro en la nuca, el viejo jefe marxista Serghei Mironovich Kirov, miembro eminente del Comité Central del Partido Comunista, designado frecuentemente como posible sucesor de Stalin. Kirov había empeñado su carrera revolucionaria desde 1904, o sea 13 años antes de que triunfara el comunismo en Rusia. Su misteriosa muerte fue seguida de una matanza de 103 rehenes y de la deportación de 150,000 miembros del Partido. Hubo muchos síntomas de que Stalin había mandado matar a Kirov y de que luego se aprovechaba del asesinato para eliminar a otros de los cuales recelaba.
Kirov había apoyado inicialmente la reforma agraria total, pero luego pidió a Stalin que la suspendiera, debido al creciente peligro que significaba el avance del hitlerismo en Alemania. Stalin no había creído en este peligro.
De hecho, existía una divergencia entre Stalin y Kirov. Y tanto Stalin como Kirov tenían partidarios de sus respectivos puntos de vista.
Trotzky y muchos de sus compañeros importantes que quedaban dentro de Rusia más o menos adaptados al stalinismo, también pensaban como Kirov. Consideraban que Stalin se había equivocado gravemente al enjuiciar el ascenso de Hitler. Y como Hitler no había sido derrocado según lo esperaba Stalin, la posición del grupo stalinista comenzó a debilitarse. Automáticamente el trotzkismo cobraba fuerza.
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