INFILTRACIÓN MUNDIAL - SALVADOR BORREGO E. Infiltración Mundial (Salvador Borrego E.) | Page 226
atrajeron a 205 cazas alemanes altamente especializados en vuelo nocturno.
Entretanto, 597 bombarderos cuatrimotores atacaban Peenemunde (18 de
agosto). Los grandes laboratorios se hallaban muy bien camuflados, en un área
secreta, pero Otto John había logrado averiguar gran parte de lo que ahí se
preparaba, así como una serie de planos con la ubicación exacta de las plantas
ocultas. Todo eso lo hizo llegar a los ingleses. John era un invertido sexual y esta
clase de individuos son siempre cultivados por el espionaje y las redes marxistas,
pues mentalmente se hallan polarizados a la sociedad en que viven. Con
frecuencia acceden a colaborar con los rojos y luego son retenidos mediante el
chantaje.
Cuando los cazas alemanes se percataron del engaño y cambiaron su rumbo, de
Berlín a Peenemunde, ya los bombarderos estaban descargando sus bombas
sobre los laboratorios. De las últimas oleadas fueron derribados 40 tetramotores y
dañados 36 más. Peenemunde padeció serios daños que demoraron su
producción, aunque lo esencial se salvo.
El bombardeó de esta área secreta causó indirectamente el suicidio del general
Jeschoneck, jefe del estado Mayor de la Luftwaffe. Junto con otros técnicos,
Jeschoneck había recomendado la construcción de bombarderos de precisión,
como el Stuka, para atacar objetivos militares, y de bombarderos de alcance
medio sólo para atacar los frentes de combate. Jeschoneck se había opuesto a la
construcción de cuatrimotores los que ahora estaban devastando las ciudades
alemanas, sin poderles contestar con ataques de represalia. Göering culpaba a
Jeschoneck de todo lo que no salía bien en la Luftwaffe. Hitler lo estimaba, y cada
día trataba más con él que con Göering los asuntos de la aviación, pero esto
volvió más pesada la carga de Jeschoneck, dado el celo que se despertaba en
Göering. Al recibir la noticia del bombardeo de Peenemunde, Jeschoneck perdió la
moral, escribió un recado que decía: “No puedo seguir trabajando con el Mariscal
del Reich (Göering), ¡Viva el Führer!” Y se mató de un tiro.
Con excepción del ataque a Peenemunde, la aviación inglesa siguió atacando
zonas residenciales. Por su parte, la aviación americana trataba de destrozar las
industrias bélicas esenciales. El 17 de agosto 229 superfortalezas, con poderosa
escolta de cazas, se dirigió de día hacía la fábrica alemana de cojinetes de acero
de Scheweinfurt. Trescientos cazas alemanes les salieron al encuentro. Hubo ese
día dos grandes batallas aéreas y en total fueron derribadas 60 superfortalezas y
cien más escaparon gravemente averiadas.
La 8ª Flota Aérea norteamericana tardó cinco semanas en restañar sus heridas y
volver a la lucha. Del 8 al 14 de octubre embistió sobre las industrias de Bremen,
Marienburg, Münster, Dantzig y nuevamente contra Scheweinfurt, pero sufrió la
pérdida de 118 tetramotores y 1.500 tripulantes especializados. De nuevo tuvo que
suspender sus incursiones temporalmente.
La defensa antiaérea alemana iba mejorando. También en las incursiones
nocturnas los bombarderos ingleses comenzaban a sufrir más bajas. A partir de
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