INFILTRACIÓN MUNDIAL - SALVADOR BORREGO E. Infiltración Mundial (Salvador Borrego E.) | Page 164

Como contrapartida de los bombardeos incendiarios, que en cierta forma inclinaban la lucha aérea en contra de Alemania, la industria aeronáutica alemana estaba logrando inventos que transformarían todo lo que hasta entonces existía en la aviación.
Resulta que los motores de hélice, accionados por pistones de combustión interna, se habían venido perfeccionando desde principios de siglo, pero llegaron a un punto del que ya no podrían pasar jamás. Por más potente que se hiciera un motor y por más grandes y anchas que fueran las aspas de la hélice, ya no podría desarrollar más velocidad( seiscientos kilómetros por hora), pues la densidad específica del aire impedía que la hélice diera mayor propulsión. Era un límite impuesto por la Naturaleza. Si la hélice giraba a mayor velocidad provocaba una turbulencia entre las aspas, una especie de vacío.
El constructor alemán de aviones Ernest Heinkel pensó que era viable lograr otro medio de propulsión que abriera nuevos horizontes a la aeronáutica. Concretamente pensó en la propulsión por reacción.
En este terreno el Dr. Hellmuth Walter, de Kiel, logró producir un motor-cohete.
Por otra parte, el Dr. Von Braun probaba en los grandes laboratorios de Peenemunde un motor-cohete. Heinkel se puso en contacto con él. Dos motores estallaron antes de ser acoplados a un avión. Después de algunas modificaciones un tercer motor-cohete se montó en un Heinkel-112, provisto de motor de hélice. El piloto Erich Warsitz se elevaría utilizando el motor de hélice y ya en el aire desaceleraría éste y probaría el motor-cohete. Pero antes de elevarse, el motor estalló. Warsitz se salvó.
El experimento se repitió poco después y Warsitz logró volar un He-112 con motor-cohete. Este nuevo motor sólo podía funcionar brevemente para dar una vuelta al aeródromo y aterrizar.( Verano de 1937).
Por esos mismos días el Dr. Hellmuth Walter, de Kiel, logró producir un motorcohete mejor que el del Dr. Von Braun. Ese nuevo motor fue acoplado a un Heinkel 176, que ya no estaba provisto de motor de hélice. El piloto Warsitz( atenido únicamente al motor-cohete, que funcionaba un minuto solamente) logró elevarse, volar unos segundos y aterrizar.( 20 de junio de 1939).
El experimento fue comunicado al Ministerio del Aire. Los generales Udet y Milch se trasladaron a presenciar una segunda prueba – de 60 segundos – pero no le vieron mucho porvenir al motor-cohete. Udet comentó: " es un cohete con estribos ". En el Ministerio de Aviación no le concedieron posibilidades al motorcohete para aviones, y parecían estar en lo correcto, pues treinta años después todavía no se ha generalizado su uso.
Sin embargo, se hallaban en marcha otros experimentos. El constructor Heinkel había instalado en Rostok un laboratorio, en el que el físico Pabst Von Chaim
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