INFILTRACIÓN MUNDIAL - SALVADOR BORREGO E. Infiltración Mundial (Salvador Borrego E.) | Page 112

del ataque alemán. Desde luego Roosevelt empezaba a subsidiar al ejército rojo con armas y abastecimientos por valor de diez mil ochocientos millones de dólares, pero además estaba haciendo ya todo lo posible para que el país entrara en la contienda. Pocos días antes había ordenado-en un acto de guerra no declarada contra Alemania- que tropas americanas auxiliaran a Inglaterra en la ocupación de Islandia y que la flota americana le ayudara a cazar submarinos alemanes.
Aviones, tanques, cañones, locomotoras, camiones, furgones, gasolina y víveres americanos comenzaron inmediatamente a ser embarcados rumbo a la URSS. Quienes se oponían a esta política de Roosevelt no eran elogiados como pacifistas, sino infamados como " aislacionistas " o " quintacolumnistas ". Todo intento para conservar a Estados Unidos fuera de la guerra era presentado por la propaganda como un delito.
LOS SECRETOS DE LA URSS ERAN IMPENETRABLES.
En la franja fronteriza de la URSS( sobre territorio quitado a Polonia y a Rumania) aguardaban el ataque alemán 160 divisiones bolcheviques, y otras tantas inmediatamente con base en los informes que recibía secretamente, el mando soviético concentró casi cuatro veces más cañones y casi ocho veces más tanques que los que llevaban las fuerzas alemanas. Moscú trataba así de detener la ofensiva en las zonas polaca y rumana pero no lo logró.
Por el lado alemán no se había conseguido averiguar nada importante acerca de la potencia armada del comunismo, y esto se debía en gran parte a que uno de los encargados de esa tarea, el almirante Canaris, buscaba precisamente le derrota de Alemania.
El Alto Mando Alemán creía que durante todo ese año 1941 la URSS pondría en pie de guerra un máximo de 300 divisiones, echando para ello mano de todas sus reservas disponibles. En realidad, lanzaría 460 divisiones con 17.000 tanques. Los alemanes llevaban 145 divisiones con 3,500 tanques.
Ciertamente Canaris era infiltrado, pero además, averiguar secretos en la URSS era extraordinariamente difícil, Ahí ni los rusos podían viajar libremente de una ciudad a otra, menos los extranjeros. Lo que ocurría en Crimea no se sabía en el Cáucaso; lo que sucedía en los Urales no se conocía en Moscú. La fina maquinaria de espionaje interno, de delación y de terror que se había empezado a tejer en l917, bajo la dirección de le CHEKA, esteba ya dando admirables resultados en 1941.
Sólo en la zona fronteriza soviética había logrado averiguar algo el Alto Mando Alemán. Nueve meses antes de que empezara la ofensiva, Hitler había encomendado al teniente coronel Rowehl que se adaptaran algunos aviones para volar a gran altura y tomar fotografías de los aeródromos soviéticos y otras instalaciones. Tres escuadrillas de He-111 y de Ju-88 fueron dotadas de cabina
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