INFILTRACIÓN MUNDIAL - SALVADOR BORREGO E. Infiltración Mundial (Salvador Borrego E.) | Page 100
un acoso para mantener frenado a Churchill, mientras Alemania giraba hacia la
URSS.
En cuento a la Luftwaffe, había sido concebida para atacar objetivos militares
cercanos, en apoyo del ejército, no para bombardear ciudades a larga distancia.
Sólo había unas cuantas escuadrillas de tetramotores, el Foke Wulf Condor, y se
emplearon en localizar o atacar convoyes ingleses en el Atlántico. Salían de
Francia, daban la vuelta al oeste de Irlanda y llegaban hasta Noruega, pero su
número era muy reducido y ejercían poca influencia en la lucha.
Los ataques aéreos alemanes sobre Inglaterra empezaron ejecutándose contra
aeródromos, instalaciones de radar, barcos y fábricas de aviones. Cuando fue
avistado el acorazado inglés "Hood" navegando hacia Inglaterra, la Escuadra de
Bombardeo número 30 recibió la orden de que sólo lo atacara en mar abierto. "Se
hace usted responsable --se le decía al capitán Pohle, de parte de Hitler- de que
todas les tripulaciones conozcan textualmente esta orden. El Führer no quiere ni
un solo muerto entre la población civil".
Cuando los bombarderos dieron alcance al "Hood", éste ya había entrado en el
puerto de Firth-of-Forth y no se le atacó. "Se trataba de una presa segura -declaró
el capitán Pohle-, pero no teníamos más remedio que aguantarnos y dejarla
escapar", (11 a.m. del 16 de octubre de 1939).
Churchill era de muy distinta opinión. Su primer acto al tomar posesión (10 de
mayo de 1940) fue ordenar que se bombardearan ciudades alemanas, incluso
zonas residenciales, y así empezó a hacerse la noche de ese mismo día contra
München-Gladbach.
El mariscal británico Spaight dice en "Bombing Vindicated": "Empezamos a
bombardear objetivos (civiles) en Alemania antes que los alemanes lo hicieran en
Inglaterra. Esto es un hecho histórico que ha sido también reconocido
públicamente. En ello, escogimos el camino mejor, si bien al mismo tiempo el más
áspero. Al machacar las ciudades alemanas renunciamos al privilegio de
conservar intactas las nuestras".
El físico inglés Blackett, muy conocido en Inglaterra Por ser premio Nobel, declaró:
"Los alemanes tenían todo el derecho de denominar su ataque sobre Londres una
medida de represalia, ya que antes de nuestro sexto ataque a Berlín habían
anunciado que devolverían los golpes si no cesábamos nuestros ataques a
Berlín".
El historiador británico capitán Liddel Hart, agrega: "En un tiempo en que Hitler
tenía gran superioridad en avión de bombardeo, se mantuvo notablemente
reticente a lanzarse contra las ciudades de sus adversarios y en los días más
esplendorosos de su poderío intentó repetidas veces llegar a un armisticio en el
bombardeo de ciudades. Ni nosotros los ingleses, ni los norteamericanos cuando
entraron en la guerra nos detuvimos ante aquellas estudiadas reflexiones sobre-
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