INFILTRACIÓN MUNDIAL - SALVADOR BORREGO E. Infiltración Mundial (Salvador Borrego E.) | Page 101
las consecuencias que, al final, podía acarrear la ilimitada destrucción en masa".
(l)
Churchill describía su política de bombardear ciudades abiertas como "quitarse los
guantes de una vez". En realidad, lo que buscaba era enardecer los ánimos,
ahogar las voces de paz y provocar a Hitler para que distrajera en Occidente a una
gran parte de las fuerzas que destinaba al asalto contra la URSS. (Las simpatías
de Churchill por el comunismo ya se habían manifestado durante la guerra en
España cuando reiteradamente pidió que Inglaterra ayudara a los rojos
republicanos).
AMARGURA Y ACCIÓN DE LOS INFILTRADOS.
Durante las acciones en Noruega, Dinamarca, Holanda, Bélgica y Francia, el
movimiento de infiltración dentro de Alemania vivió meses de amargura porque las
armas alemanas iban de victoria en victoria.
El coronel Von Tresckow había augurado una rápida derrota alemana en Francia y
al ver que no ocurría se sintió deprimido, según escribe su compañero Favián Von
Schlabrendorff. ¡Y Tresckow llevaba el uniforme del Estado Mayor del Ejército
alemán!
El propio teniente coronel Schlabrendorff, también infiltrado en el Estado Mayor,
refiere que durante algunos días tuvieron la preocupación de que Alemania lograra
invadir victoriosamente a Inglaterra. (2)
En esos días Hitler fue a Hendaya a entrevistarse con Franco, jefe del Estado
español. Tres años antes España había estado en peligro de caer bajo el
comunismo internacional y Hitler la había ayudado enviándole varios cuerpos de
tanques, 4.escuadrillas de bombardeo, 4 escuadrillas de caza, una de exploración,
dos escuadrillas navales, varias baterías antiaéreas v algunas unidades de
comunicaciones, así como armas por valor de 500 millones de marcos. En 1940
Hitler le pedía a Franco, en Hendaya, que le permitiera el paso de un Cuerpo de
Ejército, al mando del general Reichenau, para capturar el Peñón de Gibraltar,
neutralizarlo como base inglesa en el Mediterráneo y entregarlo a España. Franco
estuvo de acuerdo, en principio, y comenzó a preparar a la opinión pública con ese
objeto.
A fin de ultimar los preparativos, el Almirante Canaris logró que Hitler lo enviara a
Madrid a conferenciar con Franco. Canaris conocía España desde 1916 y había
tratado a Franco en diversas ocasiones, durante la guerra de España. Canaris era
el jefe del Servicio de Contraespionaje Militar (Abwehr), pero ocultamente era
infiltrado. Y el viaje a Madrid lo aprovechó para señalarle a Franco que el
armamento español era anticuado y que convenía que por algún tiempo no
emprendieran ninguna acción al lado de Alemania.
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