INFILTRACIÓN MUNDIAL - SALVADOR BORREGO E. Infiltración Mundial (Salvador Borrego E.) | Page 99
Los planes para invadir a Inglaterra no pasaron de ser una lucubración en la que ni
Hitler, ni el Estado Mayor, ni el Ejército, tenían verdadero interés. Ciertamente se
hizo un bosquejo para desembarcar en Inglaterra una primera oleada de 12
divisiones alemanas, seguida de 27 mas, contra 29 divisiones británicas mal
armadas y en su, mayoría con instrucción deficiente. Pero todo esto no pasó de
esbozo.
Por algunos días Alemania trató de persuadir al duque de Windsor, ex rey de
Inglaterra (temporalmente en España y luego en Portugal) para que encabezara
un movimiento inglés de paz. En principio el duque estaba de acuerdo, pero en
esos días fue anulado políticamente y desterrado a las islas Bahamas con el
nombramiento de gobernador.
El frente que la declaración de guerra británica mantenía latente en Europa
occidental quedó encomendado a la Marina y a una parte de la Luftwaffe, que
naturalmente no podían por sí mismas decidir la lucha. Esa situación obligaba a
los alemanes a inmovilizar tropas en Noruega, Holanda, Dinamarca, Bélgica y la
costa occidental francesa, y daba pie a la propaganda aliada para presentarlos
como opresores empeñados en robarse esos territorios. Y en querer dominar el
mundo.
Esa imagen era totalmente falsa, pues lo que Hitler quería era lograr la paz con
Inglaterra para desocupar toda la Europa occidental y llevarse sus efectivos a la
campaña contra la URSS. Durante julio y agosto el grueso del ejército alemán
comenzó a ser trasladado de Bélgica y Francia a las bases de partida de la
ofensiva antisoviética, situadas en Polonia, Prusia Oriental y Rumania.
Entretanto, la principal arma alemana para la guerra en el mar con Inglaterra la
constituían los submarinos. Estos eran en total 57, de los cuales 19 se hallaban en
acción, 19 regresaban ya sin torpedos a sus bases y l9 se encontraban
reabasteciéndose. Inglaterra disponla de cuatro mil barcos con un total de 2l
millones de toneladas.
En la inmensidad del Atlántico y del Mar del Norte era dificilísimo localizar un
convoy británico y darle alcance. Para citar distancias, era como sí el convoy se
hallara en le ciudad de México, en tanto que los submarinos más próximos
estuvieran en Salina Cruz, en Monterrey, un tercero en San Luís Potosí y otro en
Tepic. Cada submarino tenía una visibilidad de 30 kilómetros, en el mejor de los
casos.
Los submarinos alemanes se hallaban dotados de dos motores diesel, de 9
cilindros, con 2,500 caballos de fuerza cada uno. En la superficie navegaban a 35
kilómetros por hora y en inmersión sólo a 13 kilómetros por hora. La tripulación se
componía de 50 a 70 hombres.
Aunque en el primer año de guerra los submarinos hundieron 471 barcos con más
de un millón de toneladas, no podían por sí mismos vencer a Inglaterra. Era sólo
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