INFILTRACIÓN MUNDIAL PDF - NUEVA EDICIÓN MEJORADA Infiltración Mundial PDF actualizado | Page 92

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Salvador Borrego
Claro. que no puede precisarse en qué proporción, pero el hecho de que dentro de Alemania hubiera un movimiento de infiltración tan importante estaba influyendo negativamente en los esfuerzos de paz. Los círculos pacifistas franceses y británicos tropezaban con la oposición de los círculos procomunistas( identificados u ocultos), los cuales hacían hincapié en que el régimen alemán estaba dividido y que su desmoronamiento era inminente, sin necesidad de hacer grandes sacrificios.
En Francia la opinión pública era contraria a la guerra; por eso no se lanzaba ninguna ofensiva contra Alemania y se confiaba en la Línea Maginot. El régimen francés se hallaba prendido por ocultos lazos financieros, masónicos y de altos funcionarios no-franceses. A los partidarios de la paz se les calmaba diciéndoles que Alemania se derrumbaría de un momento a otro. La Infiltración en los altos círculos alemanes daba verosimilitud a esa tesis.
El 8 de noviembre( 1939) hubo un atentado dinamitero contra Hitler, en la Cervecería de Munich. Perecieron 7 personas y 63 quedaron heridas, pero Hitler y su comitiva habían salido del local minutos antes.
La Gestapo tuvo barruntos de que en el Ejército había una célula de conspiración y secuestró en Holanda a dos agentes del Servicio de Inteligencia Británico, el capitán Payne Best y el mayor R. H. Stevens, que iban a comunicarse con varios de los conjurados alemanes. Sin embargo, la Gestapo no pudo obtener nombres. Entretanto, el Dr. Goerdeler comunicaba al Ejército belga que el Ejército alemán se disponía a atacar a Francia pasando por territorio belga. Consecuentemente, los belgas se dedicaron a reforzar sus defensas y a aumentar sus tropas.
En esos días Hitler preparaba la ofensiva, la aplazaba, volvía a fijar fecha y volvía a aplazarla. Percibía rasgos de derrotismo y el 23 de noviembre reunió a los jefes y oficiales del Estado Mayor General. Volvió a insistirles en que en ese momento sólo había un frente contra Alemania( o sea el occidental), pero que eso no podía durar mucho tiempo y que era urgente eliminarlo cuanto antes mediante una ofensiva victoriosa. Rusia no atacaba de momento, pero lo haría en cuanto se sintiera lo suficientemente fuerte. " Nosotros no podremos enfrentarnos con Rusia hasta que no estemos libres en el Oeste ". Y en el Oeste no podría ganarse sin atacar.
Después, a solas, Hitler habló con el general Halder, jefe del Estado Mayor General, y con el general Brauchitsch, comandante del Ejército. Les reconvino el " espíritu de derrotismo " que imperaba en el Estado Mayor. Brauchitsch renunció, pero no le fue aceptada su renuncia. Halder reaccionó y tomó algo de confianza. Cuando días después el general Thomas fue a ver a este último para insistir en un golpe contra Hitler, Halder le repuso que no podía hacerse tal cosa porque el país se hallaba en guerra.