INFILTRACIÓN MUNDIAL PDF - NUEVA EDICIÓN MEJORADA Infiltración Mundial PDF actualizado | Page 91

INFILTRACIÓN MUNDIAL La cuestión es que Brauchitsch no se sentía ya con ánimos de participar en el golpe, y Halder (el jefe del Estado Mayor) decía que sí Brauchitsch no daba la orden, él no podía asumir la responsabilidad de hacerlo por sí mismo. Sin saberlo, Hitler había roto en aquel momento el engranaje principal de la conjura que estaba a un paso de derribarlo. Los infiltrados estaban furiosos contra los generales Halder y Brauchitsch, que no eran de su círculo, pero a los cuales habían empujado hasta el borde de la acción. El Dr. Goerdeler insistió, pero ellos hablaron de que el país estaba en guerra y aludieron a su juramento a la bandera. Inútilmente Goerdeler trató de convencerlos de que esos pensamientos "carecían de sentido". El general Thomas, jefe del Departamento de Economía de Guerra, no movilizaba todos los recursos disponibles para el Ejército. En vez de eso quería ampliar las ramas de la conjura y trató de conectar al general Keitel, jefe del Alto Mando, con el Dr. Goerdeler, pero Keitel consideró que eso era perder el tiempo y se negó. Entretanto, el diplomático Hassell iba a Suiza a informarle a un agente inglés el curso de la conspiración. Otro de los infiltrados, Hans Von Dohnanyi, preparaba un capcioso documento según el cual Inglaterra estaba dispuesta a cederle ventajas a Alemania si Hitler era derrocado. Esto era completamente falso, pero así se trataba de impresionar a los generales adictos a Hitler. El general Thomas mostró ese documento al general Brauchitsch, pero éste ya había reaccionado y dijo que todo eso era traición pura, que Inglaterra no estaba luchando sólo contra Hitler, sino contra toda Alemania, y que si Thomas continuaba en tales actividades lo iba a denunciar, Por otra parte, a las insistencias de Goerdeler contestó que no podía romper su juramento de soldado. Después de todos esos sucesos se activaron los preparativos para la ofensiva en el frente occidental, que Hitler quería que empezara en noviembre. Algunos miembros del Estado Mayor trabajaban en la compleja planeación, pero no tenían el alma puesta en eso. El general Geo Thomas, del Departamento de Guerra Económica, seguía pensando más en cómo derrocar al régimen que en cómo movilizar al máximo los recursos alemanes El 7 de noviembre el rey de Bélgica y la reina de Holanda habían ofrecido actuar como intermediarios en busca do la paz, "antes de que estalle la guerra con toda su violencia en Europa occidental". Ese día Hitler aplazó la iniciación de la ofensiva, en espera de ver si en París y Londres querían hablar de paz. 91