INFILTRACIÓN MUNDIAL PDF - NUEVA EDICIÓN MEJORADA Infiltración Mundial PDF actualizado | Page 241

INFILTRACIÓN MUNDIAL ahí al general Olbricht. Se trataba de planear con Von Tresckow los detalles del asesinato. Olbricht, como segundo en el mando del Ejército del Interior, se encargaría de organizar un golpe de mano en Alemania en cuanto Hitler desapareciera, Canaris le llevó a Von Tresckow dos bombas de fabricación inglesa, de espoleta retardada, que tenían la gran ventaja de no hacer el menor ruido antes de estallar. El General Von Tresckow trató de convencer al mariscal Von Kluge de que diera su anuencia para mover a un regimiento de caballería del teniente Von Boeselager (cómplice) a fin de que matara a Hitler. Von Kluge titubeó y finalmente se negó pero no dio aviso a la superioridad de lo que su jefe de Estado Mayor planeaba. Entonces Von Tresckow se decidió por la bomba inglesa, parecida a la que había matado a Heydrich, aunque de acción retardada. Apretando un botón se rompía una ampolleta, cuyo ácido corroía en medía hora un resorte. Roto el resorte, caía un percutor sobre el detonador y estallaba la bomba. Von Tresckow (jefe del Estado Mayor del Grupo de Ejércitos del sector central de Rusia) gestionó con su amigo el general Schmundt, ayudante de Hitler, que el Führer hiciera una visita al cuartel general de dicho grupo d ejércitos instalado en un bosque cercano a Smolensk,700 kilómetros dentro de territorio soviético. El general Schmundt era leal, y obrando de buena fe insistió ante Hitler para que realizara esa visita. El 13 de marzo {1943) Hitler llegó al cuartel general de Von Kluge. Ahí que recibido amablemente por el general Von Tresckow, por el general Rudolf von Gersdorf, por el teniente coronel Fabián von Schiabrendorff y otros miembros de la célula secreta que tenía listo su asesinato. La posibilidad de matarlo ahí mismo fue descartada. Los culpables quedarían inmediatamente al descubierto. Se resolvió fingir un accidente aéreo. La bomba se colocaría en alguna forma en el avión de Hitler. Von Schlabrendorff era el custodio de la bomba y refiere lo siguiente: "Antes de hacer cualquier otra cosa, Tresckow y yo tuvimos que hacer suficientes pruebas con estas bombas, de tal manera que estuviésemos familiarizados con cada detalle, hasta tal punto que pudiéramos manejarlas incluso dormidos… Durante la comida, Tresckow se acercó al coronel Heinz Brandt, miembro del séquito de Hitler, y le preguntó con indiferencia si podía llevar dos botellas de licor al general Helmuth Stieff, del Alto Mando del Cuartel General. Brandt dio su aprobación fácilmente.” 241