INFILTRACIÓN MUNDIAL PDF - NUEVA EDICIÓN MEJORADA Infiltración Mundial PDF actualizado | Page 200
Salvador Borrego
que realizara su misión, sin que uno se enterara de lo que tenía que hacer el
otro.
El 40º cuerpo blindado de ejército, compuesto de tres divisiones de tanques,
era mandado por el general Stumme, muy competente. Este cuerpo blindado
pertenecía al 6º ejército de Von Paulus. El general Stumme reunió a sus tres
comandantes de división para explicarles lo que les correspondía hacer en la
inminente ofensiva. El jefe de Estado Mayor de la 23ª división blindada, Reichel,
preguntó si podía tomar notas. Tal cosa estaba prohibida por Hitler, pero el
general Stumme consideró que era una precaución excesiva y permitió que se
hicieran apuntes. Reichel anotó lo que iba a hacer su división y lo que iban a
hacer las otras dos divisiones del 40º Cuerpo de ejército.
La tarde de ese mismo día, Reichel fingió que iba a hacer un reconocimiento
aéreo del frente alemán y se fue a territorio soviético con todos los apuntes y
con mapas.
El inmediato superior de Reichel, general Von Boineburg-Lengsfeld, avisó al
general Stumme que Reichel no aparecía y que se había llevado los apuntes.
Gran conmoción de Stumme. Se alertó a las divisiones del frente, a los
regimientos, a los batallones, a las compañías. ¿Quién había visto el avión
"Storch" en que volaba Reichel? Menos de una hora después la 336ª división
de infantería informó que un avión de ese modelo se había internado tras el
frente soviético.
Inmediatamente fue reforzada una compañía y se le lanzó a romper el frente
por el sitio que había cruzado el avión. Más adelante, en efecto, el avión fue
localizado. Ni estaba dañado, ni había huellas de lucha, ni rastro de que se
hubieran quemado documentos. Reichel no apareció. Llevaba el uniforme de
cintas amaranto, del Estado Mayor, y los soviéticos tenían instrucciones de que
todo oficial de esa rama fuera enviado inmediatamente al alto mando
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comunista.
El general Stumme, jefe del 40º cuerpo de ejército, su ayudante, el teniente
coronel Franz, y el general Von Boineburg-Lengsfeld, fueron llevados a un
consejo de guerra y condenados a cinco años de prisión, pero Von Bock
intercedió por ellos -en vista de su buena hoja de servicios- y luego se les
destinó a otros frentes. (El general Stumme fue enviado a África).
Respecto al daño que hubiera causado la escapatoria de Reichel, el mariscal
Keitel, jefe del Alto Mando, opinó que toda la Operación Azul debería aplazarse.
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Fue falso un informe de que Reichel había sido hallado muerto y de que su cadáver
había sido llevado a Karkov.
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