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INFILTRACIÓN MUNDIAL
Cholm fue abastecido desde el aire mediante planeadores.
Entre los sitiados se organizaron grupos especializados en lanzar bombas de
mano y grupos especializados en destruir tanques con el menor número posible
de proyectiles. Una fuerza de rescate se había aproximado hasta 10 kilómetros
de distancia, pero luego quedó detenida. Entonces se dio el caso insólito de
que los sitiados dirigieran por radio el fuego de los cañones de quienes iban a
auxiliarlos. Los proyectiles debían pasar sobre Cholm y caer en las líneas
soviéticas. Por aquello de que la necesidad aguza el ingenio, ese insólito
sistema llegó a adquirir una notable exactitud.
Cholm resistió en medio de penalidades terribles un sitio de 94 días, al cabo de
los cuales hizo contacto con las fuerzas de auxilio. Había 1.500 muertos
enterrados entre las posiciones, 1.520 heridos en los sótanos y 1.200
supervivientes. Otros 780 habían muerto en posicione s avanzadas o habían
caído prisioneros.
Una batalla pequeña en efectivos, aunque grande en determinación moral,
ocurrió en el pequeño pueblo de Vsvad, al sur del Lago Ilmen, punto de apoyo
del ala izquierda del vital sector de Staraia-Russa.
Vsvad era defendido por el 38 batallón del capitán Proehl, con un total de 543
hombres. La temperatura oscilaba entre 40 y 51 grados centígrados bajo cero.
La nieve tenía un metro de altura. Cuando fuerzas soviéticas superiores
embistieron ahí, el 38 batallón recibió la orden de mantenerse firme, como
rompeolas. Durante 13 días cumplió penosamente esa misión y luego se le
ordenó que tratara de reintegrarse al frente.
El batallón se hallaba agotado y la marcha a través de la nieve era extenuante.
Los oficiales tenían que imponerse sobre los soldados que pretendían unos
minutos de descanso tirándose en la nieve. En esas circunstancias el que se
acostaba se dormía y en pocos instantes pasaba del sueño a la muerte.
Después de l4 horas de marcha divisaron a unos soldados con casco alemán y
jubilosamente les gritaron: "¡Camaradas!"…
De momento no entendieron la respuesta:
-"¡Santa María!… ¡Camarada!"… -les contestaban en español. Estos eran
soldados del 269º regimiento al mando del capitán Ordás, de la División Azul
250.
Logrado el enlace, alemanes y españoles afrontaron un fuerte ataque de
siberianos. Luego llegó en su auxilio la 81ª división alemana y reconquistaron
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