INFILTRACIÓN MUNDIAL PDF - NUEVA EDICIÓN MEJORADA Infiltración Mundial PDF actualizado | Page 107

INFILTRACIÓN MUNDIAL poco después las cosas empeoraron porque el fuerte de Eben Emael estaba prevenido y ya los buscaba en el horizonte con las miras de sus ametralladoras. El comandante belga Jottrand había recibido aviso desde las 3.30 de la madrugada de que se aproximaba un ataque por aire. Cuando apareció el primer planeador, del piloto Lange, una batería de ametralladoras le hizo fuego. No se había logrado tal sorpresa. En ese instante Lange decidió enfilar directo hacia el peligro y picó su aparato en dirección de las ametralladoras antiaéreas, cosa que desconcertó a los ametralladoristas, y en unos segundos estrelló el ala del planeador contra la batería. El fuselaje se detuvo poco más adelante y saltó el pelotón del sargento Haug, que con ráfagas de pistolas ametralladoras y con granadas de mano atacó la fortificación más próxima. La determinación del piloto Lange, que no viró al ver que carecía del factor sorpresa, fue decisiva para que otro planeador volando sumamente bajo, descendiera ante un fortín de ametralladoras y piezas antitanque. Saltaron los soldados del sargento Wensel y arrastrándose por el suelo llegaron hasta la abertura del periscopio de una batería por la cual arrojaron una carga de dinamita. En los dos primeros minutos del ataque fueron inutilizados diez fortines. Los zapadores recibieron en paracaídas más cargas de explosivos y poco más tarde se les unió su comandante, el teniente Witzig. La lucha continuó durante todo el día y toda la noche. A las 13.15del día siguiente la guarnición capituló, cuando gran parte de sus fortines y galerías subterráneas habían sido dinamitadas por los atacantes. Otros golpes parecidos se consumaron sobre tres importantes puentes del Canal Alberto y en cada una de esas operaciones participaron menos de cien hombres. Simultáneamente, y a fin de provocar confusión entre los aliados, los alemanes lanzaron en diversos puntos 200 "paracaidistas'' que no avanzaban ni se rendían…se trataba de muñecos de paja uniformados y con armas y dispositivos automáticos para encender petardos que simulaban ruido de combate. (Esta estratagema la usaron cuatro años después los aliados en la invasión de Francia). LOS 30.000 “MUERTOS” DE ROTERDAM. En la guerra la propaganda es también un arma de lucha que enfatiza victorias y amengua derrotas que tiende a levantar la moral propia y a debilitar la contraria. Pero en la pasada guerra la propaganda aliada tuvo una veta de 107