Definiciones y conceptos
El grado de agresividad, el tipo de relaciones entre las personas de
distinto sexo, el carácter autoritario de determinadas instituciones,
etc. son algunos de los aspectos que se encuentran reflejados en
las situaciones lúdicas. La intervención, desde la perspectiva de la
coeducación, afecta, al menos, a la composición de grupos de
jugadores y jugadoras, a los contenidos del juego mismo y al uso
de materiales y juguetes no sexistas.
¿Qué podemos hacer?
Las alumnas y alumnos imitan pautas de conducta observadas en
las personas mayores, asumen los roles vividos en sus casas, en el
colegio o en la calle, y los reproducen fielmente e interiorizan la
valoración que estos roles adquieren en la sociedad. Por ello la
mejor prevención de sexismo en el juego y el juguete es:
• Ofrecerles nuevos patrones y modelos de relación entre géneros
a través del intercambio de tareas y “papeles”. Por ejemplo, a
través de juegos en los que se intercambien roles y los niños
imaginen su vida como si fueran niñas y viceversa.
• Utilización de los juguetes trascendiendo la división tradicional
sexual que de éstos se hace.
• Evitar las valoraciones negativas de determinados papeles
sociales. Por ejemplo, realizar juegos y actividades que sirvan para
dar valor a las tareas de cuidado reconociendo la importancia que
este trabajo tiene en el desarrollo de las personas, las familias, la
sociedad y la economía.