Definiciones y conceptos
Juegos no sexistas
El juego es una actividad imprescindible para la infancia, necesario
para el desarrollo intelectual, emocional y social. El juego favorece
las adquisiciones sociales tempranas, las habilidades de
comunicación social. Es una preparación para la vida adulta. La
función del juego es entrenar a través de los mecanismos de la
imitación y el aprendizaje en los valores y las actitudes necesarias
para el desarrollo de la vida adulta, motivo por el cual, es
indispensable que el aprendizaje (el juego) sea integral y no
discriminatorio.
Los juegos y juguetes sexistas afianzan el aprendizaje de los roles
asignados artificialmente según el sexo biológico, y cuando
obstaculizamos y/o desvalorizamos el acceso al resto de juegos,
tiene un efecto negativo en el desarrollo de capacidades, actitudes
y valores de nuestras hijas e hijos. Los niños y niñas van a imitar
los roles que socialmente se asignan a los sexos a cambio de la
aprobación adulta. Para ellos y ellas, esta asignación es la
referencia válida a través de la cual buscan seguridad y afecto. Es
a través de esta aprobación como, por ejemplo, aprenderán que
jugar con muñecas es un juego propio de niñas. Así, los roles
asignados socialmente a las niñas: cuidado de personas y cuidado
del hogar. Mientras que los roles asignados socialmente a los
niños: exploración, lucha, competición, aventura, descubrimiento,
etc.
Mediante este mecanismo las niñas y los niños asimilan la división
sexual de los juegos como una división natural, reproduciendo y
perpetuando el modelo de sociedad. En el juego se proyectan,
asimismo, los estereotipos y modelos imperantes en una
comunidad determinada.