- Todos sabemos que los nombres propios deben escribirse con mayúscula y son muy pocos los que escribirían los apellidos de su familia con unas humildes minúsculas iniciales. Sin embargo, más allá de esta norma, parece que las reglas del uso de mayúsculas nos bailan a todos un poco y no acertamos a usarlas siempre con corrección. Ante la duda, es fundamental consultar lo establecido por la RAE y atenerse, de paso, a estas breves indicaciones: se escriben con minúsculas los días de las semana, los meses, las estaciones, los gentilicios, los cargos laborales y las palabras que van tras punto y coma; es obligatorio, no obstante,el uso de mayúsculas para las asignaturas didácticas, los títulos de obras y después de dos puntos, si se trata del encabezamiento de una carta (o email) o se introduce una cita textual.
-Tratar aquí las reglas que rigen los signos de puntuación nos ocuparía un espacio del que no disponemos, pero nada nos impide comentar el error que con más frecuencia se comente: separar con coma el sujeto (por muy largo que sea) de su verbo, salvo que entre ellos haya incisos o explicaciones, es un fallo que debe siempre evitarse.
-Si el lector no está seguro entre la diferencia existente entre los términos homófonos “haber /a ver”, “hecho/echo”, “sobre todo/ sobretodo” y otras parejas similares, es mejor que no se deje llevar por su intuición. Ya que seguramente tendrá encendido el ordenador cuando dude cómo escribirlos, que aproveche y busque la diferencia en Google, que ya verá lo rápido que se entera.
-Para terminar, recordar simplemente que, cuando nos comunicamos mediante la plataforma educativa, es habitual que tengamos que dirigirnos a otras personas en concreto. En ese caso, debe no olvidarse que cada mensaje tiene que estar enmarcado por un saludo y por una despedida. En efecto, saludar al comenzar el texto y despedirse al terminarlo son convenciones inherentes en comunicación oral y escrita que también tenemos que observar en nuestra día a día en la plataforma. Aquí termino con un ejemplo: muchas gracias por vuestra paciencia y ¡saludos!
Ignacio Vallejo. Profesor de Lengua en IEDA
25