El veneno de la raza:
la ciudad escrituraria colonial y
los negros africanos
Historia
Jorge Camacho
Profesor
Universidad de Carolina del Sur, Columbia
Cubano. Residente en Estados Unidos
“¿Quién no tiembla al contemplar el enjambre
de africanos que nos cercan?”
JOSÉ ANTONIO SACO
Carta al Capitán General Miguel Tacón
E
l miedo al negro en Cuba fue, durante la
mayor parte del siglo XIX, un desasosiego
real entre los blancos por la posibilidad de
que los miles de esclavos africanos en la isla se
sublevaran y acabaran con ellos como había ocurrido en Haití.
El alzamiento de esclavos más famoso en el siglo
XIX cubano fue el de José Antonio Aponte en
1812, a quien incluso se le incautaron dibujos alegóricos inspirados en los líderes negros haitianos.
En este ensayo quiero resaltar cómo junto con ese
temor original vinieron otras fobias que incidieron de forma importante en el modo en que los
letrados cubanos de la época se refirieron a la esclavitud, la raza africana y la cultura criolla en general.
Estas otras fobias se expresan en las imágenes de
abyección y rechazo que producían los africanos
y se originan con el proceso de modernización de
la industria azucarera, donde la mezcla racial y
sus leyes reguladoras aparecen junto a conceptos
básicos como la higiene y la salud pública. Me
apoyo en la noción de “impureza” de Mary Douglas (Purity and Danger, ) para explicar la interacción entre los descendientes de europeos y africanos en Cuba.1
Según la antropóloga británica, la idea de impureza es equiparable con la de transgresión o violación de las categorías culturales, ya que todo
aquello que no caiga dentro de ellas tiene la capacidad de amenazar la normatividad y, por tanto,
dispara las alarmas del régimen. Siguiendo a
Mary Douglas debemos preguntarn os cómo los
negros fueron representados e interpelados por la
literatura cubana, las ciencias y el poder en el momento constitutivo de la sociedad esclavista,
cuando la elite criolla se enfrenta a elementos heterogéneos que amenazan con cambiar las esferas
tradicionales de la cultura blanca y criolla cubana.
Efectivamente, con el aumento de la población
africana, los descendientes de los europeos vieron
la influencia de los africanos como una mancha
en el país que ellos querían limpiar a tal extremo
que toda mezcla racial y/o cultural representaba
para ellos el peligro de morir aguijoneados por
ese “enjambre” que los rodeaba. Esta es la razón
por la cual la sociedad letrada se empeñó en combatir y criticar las manifestaciones culturales ajenas y el reflejo de la influencia de los negros en la
cultura criolla. Entre ellas podemos contar las variaciones del lenguaje producidas por los africanos; las prácticas de recreo público y la mezcla de
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