más de a lleno, porque es donde lo sacamos y
donde está la mayor responsabilidad litúrgica. En
este signo, Ifá planteaba que la tierra se iba a podrir y surgieron brotes de enfermedades. También
metafóricamente, cuando se habla que la tierra se
va a podrir, se habla de los valores sociales, los
valores éticos y morales, la corrupción en varias
esferas, también las condiciones sociales en la
cual se manifestaron y se tomaron determinadas
medidas. [Y añade] Esperamos que las cosas puedan salir a flote y haya una mejor creencia, reflexiones. Egiobe llama al Concilio, a tomar acuerdo
entre todas las partes”.
Según Lázaro Cuesta ,“en el cuerpo literario de
Ifá, hay otra historia de Baba Eyiobe que tenemos
que tomar en cuenta. Todos los que somos sacerdotes de Ifá o estudiosos de la religión conocemos
que los marineros no podían ver la orilla, porque
estaba cubierta de árboles. Los que estábamos en
la orilla no teníamos la posibilidad de visualizar
el horizonte y hubo necesidad de ponerse de
acuerdo con Oggún, que es el símbolo del trabajo,
para que con su machete prodigioso chapeara la
orilla para que los de acá pudieran ver para allá y
los de allá pudieran ver para acá. Y no deja de ser
el trabajo de Oggún, al chapear la orilla, una
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forma de comunicación, pues la comunicación no
solo era verbal, era también la comunicación de
la vista y la del pensamiento. Y cuando existe una
pared de cualquier índole que no permita que las
personas se puedan ver, indiscutiblemente no hay
comunicación. Oggún, de manera inteligente, a
través de las obras que Orula marcó, chapeó la
orilla con su machete prodigioso y entonces permitió que los barcos pudieran visualizar la orilla
y las personas de la orilla pudieran visualizar los
barcos que representaban, de acuerdo con lo que
podemos traducir del documento, la posibilidad
que los de aquí y los de allá nos podamos comunicar”.
Pero Cuba ya no es solo la laguna sagrada de Lydia Cabrera, Teodoro Díaz Fabelo y Rómulo Lachatañeré. Es también la laguna sagrada de célebres sacerdotes de Ifá y santeros como Facundo
Sevilla, Remigio Herrera Adechina, Nicolás Angarica, Félix Palucha, Fermina Gómez, Consuelo
Chancleter, Aida la Dulce e Isidra Virola.
Muchos cubanos tienen la fe de que la Isla se encuentre a la orilla de nuevos amaneceres y las
aguas frescas de Yemayá den un poco de esperanza y tranquilidad.