patrones de convivencia tradicionalmente reconocidos. Son muchas las mujeres que deben asumir
el rol de jefas de familia y encargarse en solitario
de la manutención del hogar y la crianza de los
hijos, a lo que se agrega en ocasiones la atención
a familiares de edad avanzada. En las condiciones
de desempleo y subempleo real, aunque no reconocido, con el aumento permanente del costo de
la vida y la disminución del poder adquisitivo, el
más lejano lector puede imaginar cuán dura y difícil se ha tornado la existencia de este creciente
segmento de la población, sin que nuestros gobernantes se dignen siquiera considerar medidas y
mecanismos para proteger y brindar auxilio a esas
abnegadas mujeres en el duro día a día de la Cuba
actual.
En su enajenación hegemonista, los gobernantes
cubanos no son capaces de valorar la trascendencia y alcance de la activación de esos mecanismos
de protección social. Debían darse cuenta que respaldar social y materialmente a las madres solteras contribuye a evitar muchos traumas y malformaciones de conducta en niños y jóvenes que serán los ciudadanos y padres de familia en un futuro cercano.
Cuba está todavía muy retrasada respecto a los
avances globales en temas de profundo impacto
social, como son los ya mencionados mecanismos
de protección social a los ancianos y madres solteras, pero lo mismo sucede en cuanto a los derechos de los discapacitados, la lucha contra el tabaquismo y los derechos de los homosexuales.
Abuela afrodescendiente, compradora y vendedora de
materias primas
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