Identidades Numero 3, Septiembre 2014 | Page 99

 Yordanis Galindo Rodríguez: “Allí tú ves una persona de 40 años y parece que tiene 50 o 60. Una fábrica de hacer viejos” fue el Ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, Comandante Raúl Modesto Castro Ruz, quien presidió el acto en la Plaza de la Re- Central “Mercedes” La industria azucarera cubana no fue una excepción en la suerte que corrió el conjunto de nuestra estructura productiva a partir de 1959, cuando el nuevo poder al frente del Estado parecía lleno de iniciativas y la diversidad industrial parecía una prioridad. En febrero de 1961 se creó el Ministerio de Industria y los centrales azucareros quedaron a su cargo, como si de una industria más se tratara; al frente del Ministerio se puso al comandante Ernesto Guevara, adalid por estos años del programa desarrollista. Los resultados desfavorables no se hicieron esperar y si en 1961 se consiguieron producir 6.8 millones de toneladas métricas de azúcar, en 1963 no se llegó a 4 millones. Semejante descenso no lo suplieron los resultados previstos en el programa industrialista; las carencias se hicieron abrumadoras y la liturgia de la industrialización cesó para dar comienzo entonces a una acelerada marcha en sentido contrario: restablecer la producción azucarera. Reynaldo Castro Yedra contó a Maylan Álvarez que en 1963, en la actividad del Primero de Mayo, volución. La ausencia de Fidel Alejandro Castro Ruz se debía a su estancia en la Unión Soviética, de donde llegaría con un nuevo plan económico: incrementar la producción de azúcar hasta llegar, en 1970, a los Diez Millones de toneladas.1 La alianza con la Unión Soviética se convirtió en la opción de sobrevivencia del régimen. Con suspicacias primero, pero con una intensa dependencia después, el azúcar fue la tabla de salvación de la devastada economía cubana. Poco se ha estudiado cómo pudieron sobrevivir nuestras industrias a la enorme carencia de piezas de repuesto, la casi nula renovación tecnológica y la pérdida de los sistemas contables y de control. La callada molienda da varias pistas. Los obreros azucareros, mujeres y hombres de todo el país que quedaron al frente de los centrales, ya fueran campesinos, obreros industriales, técnicos o científicos, fueron los responsables de que tantas carencias no destruyeran la capacidad productiva cubana. Esa particularidad ahondó el apego tradicional que tenían los pueblos cubanos 99