a ellos una orden expresa, buscan cómo ayudarnos. Pero es casi imposible obtener patrocinio de
una institución cubana si otra institución no te representa. Ser independiente es como salirse del
carril, corres el riesgo de que no te entiendan, no
te apoyen, no te den los recursos que necesitas.
Así que dependes de proyectos en el extranjero,
de amigos en el extranjero. Eso no hay por qué
negarlo.
Fito: Yo creo que el reto más grande es que estamos compitiendo con los sueños de prosperidad
que tiene cada cubano. Nosotros lo llamamos proyecto independiente, pero somos un grupo de artistas asociados intentando crear una empresa.
Hablar de ser independiente ahora mismo en el
mundo es una utopía: todos dependemos de todos.
Solo que en una sociedad abierta ese tráfico fluye
con libertad. Aquí uno está generalmente ahogado, así que cualquier cosa que logres es eso:
aire.
El reto entonces es encontrar un soporte económico estable, para poder involucrar a los artistas,
que ya no quieren trabajar “por amor al arte”. Y
es que todo el mundo tiene sus propias necesidades. Sería ideal generar solidaridad entre los proyectos que tienen intereses similares y podrían
apoyarse mutuamente, compartir recursos. Ese
paradigma compartido es lo que más nos falta.
Vega: ¿Ese paradigma compartido no hubiera
podido ser Voltus V?2
Fito: Sí, aunque yo creo que es más que una organización o grupo, es un sentimiento compartido; uno puede estar aquí y el otro proyecto en
Santiago, pero siempre hay formas de colaborar y
la meta es que desde su propio espacio cada uno
prospere. La inestabilidad del arte alternativo estriba en que son organizaciones sin una estrategia
de funcionamiento. Nacen por impulso y el impulso sólo puede sostener por un tiempo.
Estudiantes sin Semilla
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