Las Nuevas Tecnologías.
Empoderamiento para la igualdad*
La brecha digital
Leonardo Calvo Cárdenas.
Vicepresidente Partido Arco Progresista (Parp)
Vice coordinador nacional del Comité Ciudadanos por la Integración Racial (CIR)
Representante en Cuba de la Revista IDENTIDADES
La Habana, Cuba
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L
a llamada breca digital es una manifestación más de las múltiples desigualdades,
diferencias y desventajas que caracterizan
el mundo moderno, en el cual un segmento de la
población tiene acceso y posibilidad de disfrute
de los más grandes adelantos y cuotas de bienestar, mientras otro segmento carece en mayor o
menor medida de estas posibilidades. Ese abismo
es mayor o menor según los niveles de desarrollo
y, como es natural, se manifiesta en las nuevas
tecnologías de la información y la comunicación
que marcan el derrotero del avance social y cultural.
La brecha digital está determinada sobre todo por
el nivel de acceso a Internet y la capacidad real de
alcanzar equipos modernos de computación, telefonía celular e inteligente, banda ancha y otras facilidades, lo cual redunda y define en la actualidad la capacidad de desarrollo personal social y
cultural de los individuos y las colectividades.
Según Internet WorldStats, de los 1966 millones
de internautas conectados en 2010, casi el 63%
vive en los países industrializados, donde reside
el 15% de la población mundial.
Mientras que Europa y Estados Unidos suman
501 millones de usuarios, en todo el continente
africano la cifra desciende a 110 millones.
Y estas diferencias se manifiestan asimismo entre
hombres y mujeres, ciudad y campo, edades y estatus social, paralelamente a las "brechas" de
siempre: el acceso a la sanidad y a la educación,
la mortalidad infantil, el hambre, la pobreza.
La Unión Internacional de Telecomunicaciones
muestra que en 2006 el 58.6% de los habitantes
de los países desarrollados tenía acceso a Internet,
mientras que en los países en vías de desarrollo lo
tenía apenas el 10.2%.
Esa diferencia o desventaja también se marca al
interior de los países, en consonancia con la transversalidad de las desigualdades.
Esto quiere decir que, cualesquiera sean los patrones establecidos de injusticia social, van a marcar
el índice de estas diferencias.
Los campesinos, las mujeres pobres, los pueblos
originarios, las minorías y comunidades afrodescendientes van a ser más golpeados por la brecha
digital y, por consiguiente, mientras mayor importancia adquie ren estas nuevas tecnologías en
el desarrollo personal, académico, cultural, laboral y social, más se profundiza la desventaja de
estos sectores privados de acceso y más se dificulta su posible movilidad social ascendente.
También influye la actitud personal con respecto
a las nuevas tecnologías.
Resulta necesario un cambio de mentalidad y una
nueva referencia cultural para crear conciencia de
la importancia, el valor y la trascendencia de estos
conocimientos y herramientas para el desarrollo
del individuo en todos los órdenes.