por último, la brecha democrática. En Cuba tenemos una profunda brecha racial que tiene siglos
de historia. Una inmensa mayoría de la población
afrodescendiente no sabe nada de democracia ni
puede mantener con orgullo su memoria, y somos
también el país menos conectado del hemisferio
occidental.
Según la Organización Mundial del Comercio, las
nuevas oportunidades tecnológicas (y del libre
comercio a escala global) serán el motor de una
tercera revolución industrial. Estamos muy conscientes de los grandes beneficios de las nuevas
tecnologías para los países del Sur y también somos vigilantes, porque sabemos que los países del
Norte son los principales propietarios y beneficiarios de la World Wide Web, así como de las industrias de hardware, software y producción de los
contenidos, el 70% en inglés.
La obligación de la actual y las futuras generaciones es empoderarse con las nuevas tecnologías
para discutir el pasado y afrontar el futuro. La edemocracy puede ser una de las mejores respuestas, como uso de la informática, Internet y telecomunicaciones para mejorar la política y la participación ciudadana en los procesos democráticos
de comunicación y decisión.
Una vez que las nuevas generaciones se sientan
empoderadas con las nuevas tecnologías, tendrán
que luchar contra la brecha democrática que se
abre en las sociedades conectadas y puede ser
peor que la brecha digital o la tecnológica. La brecha democrática sobreviene cuando el pueblo
tiene medios para comunicarse con sus dirigentes,
como el correo electrónico, páginas web municipales, foros de discusión y otros medios, pero por
desconocimiento de estas tecnologías o por dejación de su responsabilidad de oír al pueblo, los
dirigentes no hacen el menor caso a sus administrados.
Las nuevas tecnologías están dejando atrás el
concepto de promesas electorales. La interacción
constante con los ciudadanos permite llegar mucho más lejos en la democracia y en el buen gobierno. Entonces que nos damos cuenta que en
Cuba no bastará con un Joven Club en cada pueblo o con salas Nautas, ni basta con tener una página Web o un correo electrónico. Hay que tener
acceso, voluntad de utilizarlo y, lo que es más importante, saber utilizarlo bien.
* Panel: Cultura y diversidad. Monopolio e intolerancia.
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