Democracia,
poder judicial e historia*
en Cuba
Wilfredo Vallín
Abogado
La Habana. Cuba
60
L
a revolución cubana triunfante en 1959
abrió una puerta de esperanza hacia un futuro mejor para todos, que hizo que contara con un extraordinario apoyo popular. Eran
muchas las carencias y conflictos que se habían
enarbolado como banderas seguidas por un sinnúmero de compatriotas que consideraron sus
reivindicaciones como objetivos esenciales del
bien popular.
Una de estas muchas lo era la rehabilitación de la
Constitución de 1940.
Esa Constitución gozó de gran prestigio y apoyo
popular desde que fuera votada por la Asamblea
Constituyente y derogada tras un incruento golpe
de Estado en 1952 y sustituida por unos Estatutos
Constitucionales.
El asalto en 1953 al segundo cuartel en importancia del país por un grupo de jóvenes que se conocería después como “Generación del Centenario”
(haciendo referencia al centésimo aniversario del
natalicio Apóstol de la independencia de Cuba) y
luego el juicio a que fueron sometidos apuntaban
claramente a que uno de sus objetivos era la restauración de la democracia y el constitucionalismo defenestrados por un golpe militar de personajes bien conocidos.
Por ello, la revolución triunfante serviría, al menos eso esperaban todos, para restablecer la paz,
el orden, la democracia y la Constitución del 40
(como se conoce popularmente). Sin embargo,
nunca fue restablecida. En su lugar se promulgó
el 7 de febrero de 1959 una Ley Fundamental que
creaba los Tribunales Revolucionarios y entronizaba la pena de muerte para los enemigos políticos que encarasen el régimen con los mismos métodos y objetivos que se habían usado contra la
dictadura batistiana.
Comenzó así un largo y tortuosos camino que,
paulatina, pero de forma ascendente, fue despojando al país del sistema legal que fuera una vez
orgullo y garantía para la joven nación.
Después de más de medio siglo del mismo sistema económico, político y social, sería quizás
motivante lanzar una mirada al resultado.
En nuestros días, el Derecho cubano en general,
aun cuando se presenta como uno de los más
avanzados y justos del mundo, muestra una serie
de incongruencias que lo dejan en precaria situación.
Centraremos nuestra atención en los siguientes
elementos que constituyen importantes aspectos
del Derecho contemporáneo:
NO hay un Tribunal de Garantías Constitucionales.
NO hay independencia del Poder Judicial
NO es libre el ejercicio de la abogacía
Cada uno de estos aspectos es básico para la
buena marcha del sistema jurídico en cualquier
país, pero Cuba no acepta estos elementos en su
ordenamiento legal, los cuales constan en la gran
mayoría de las naciones del orbe. ¿Qué implica
esta diferencia?
1.
Ausencia de un Tribunal de Garantías
Constitucionales