nacido por cierto en la Universidad de Valencia,
España― o si debe abstenerse de ellos en su
texto. Porque no puede olvidarse que la sociedad
cubana ha vivido una utopía social que ya está
instalada en la mentalidad y en las aspiraciones
naturalizadas de los cubanos. Y desde luego, dado
el estado actual de cosas y desde las referencias y
experiencias negativas en materia de administración social de las necesidades básicas por el Estado cubano, no hubo conclusiones definitorias.
Un signo de madurez sobre temas que requieren
más discusión e implicación sociales.
Lo que podríamos llamar la experiencia tailandesa fue también objeto de consenso. Se trata más
del ejercicio de convertir las demandas, las quejas
y las necesidades concretas de la gente en ideasfuerza constitucionales, y menos de una discusión
con los ciudadanos sobre cuál es o debe ser el mejor punto de partida constitucional para promover
un cambio o reforma en esta dirección.
La determinación de un segmento de los participantes va en el camino de proceder a identificar a
los ciudadanos con una iniciativa de esta naturaleza e invitarles luego a poner los contenidos de
Derecho que querrían, quieren o piensan que deben adquirir forma legal y constitucional. Un procedimiento aplicado en Cuba en los inicios del
proyecto Nuevo País.
¿Cuáles fueron los otros puntos de consenso?
Adelantar una ley de partidos políticos y otras leyes relacionadas con los ámbitos económicos y
sindicales, ejes de los posibles contenidos materiales del proceso constitucional cubano. Se trabaja asimismo en proyectos relacionados con leyes que refrenden los derechos de las minorías,
las cuestiones raciales y los derechos de la comunidad LGBTI.
Hasta ahora las ganancias de Consenso Constitucional vienen siendo netas y claras. Si se trataba primero de entender que una de las opciones
más sólidas y necesarias para lograr los cambios
pasa por dotarnos de unas reglas del juego en la
convivencia que defiendan, promuevan, garanticen y protejan nuestros derechos en un plano general y en nuestra calidad de ciudadanos, entonces los balances inaugurales son positivos. Lo
más importante en principio era percibirnos ante
todo como sujetos de derechos y del Derecho, y
como la fuente primera y última de legitimidad.
Estas metas han sido logradas con los miles de
ciudadanos identificados con esta iniciativa.
Consenso Constitucional tiene varios valores
agregados importantes. Los ciudadanos participantes comienzan a otorgarle un espacio en sus
vidas a la información específica e histórica en temas constitucionales. Esto les ha llevado a acopiar ideas, textos y documentos relativos a la historia constitucional tanto en Cuba como en el
mundo.
En este sentido se viene distribuyendo entre los
ciudadanos dos tipos de carpetas digitales: una
contentiva de todas las constituciones cubanas,
con comentarios en torno a ellas, y otra con textos, ponencias y ensayos sobre el Nuevo Constitucionalismo Latinoamericano, que les permitirá
poner en contexto la propuesta de cambio constitucional en Cuba.
Otro valor agregado ha sido entender un nuevo
concepto de igualdad, ante la ley. En un país
como Cuba, la igualdad ha sido entendida como
material, relativa a la supuesta distribución
“justa” o equitativa de la riqueza, no como la
igualdad procedimental y la primacía de la ley a
las que todos nos debemos, incluyendo los gobernantes.
La sociedad se ha visto sola en medio de relaciones estrictas de poder y de la imposición por la
fuerza de lo que se pretendió como revolución.
Esto debilitó las nociones del Derecho.
Los participantes, a 'F