Identidades Numero 3, Septiembre 2014 | Page 46

El debate constitucional desde la ciudadanía en Cuba Manuel Cuesta Morúa Historiador y politólogo Portavoz del Partido Arco Progresista (Parp) Coordinador Nacional de la Plataforma Nuevo País Miembro del Comité Ciudadanos por la Integración Racial (CIR) La Habana, Cuba 46 E l difícil debate comenzó. Desde donde es más importante: desde la ciudadanía. Consenso Constitucional ha venido convocando a expertos, a activistas, pero básicamente a ciudadanos, para pensar entre todos cómo verificar una hoja de ruta que, partiendo de la discusión sobre las leyes, nos lleve prácticamente a unas reglas del juego consensuadas para estructurar nuestra próxima convivencia sobre fundamentos civilizados. Por primera vez en Cuba. Esas reglas se llaman Estado Constitucional de Derecho, como modelo y adjetivo para un Nuevo País. En principio se trata y se trataba de resistir la tentación de las elites directoras y de superar el síndrome estético de las vanguardias. Esto último, fatal para basificar modelos de nación y de país, que han desvanecido a más de un proyecto nacional. Y se va logrando, a través de las Mesas de Iniciativa Constitucional (MIC), la participación ciudadana en la definición constitucional del proceso democrático, a través precisamente del juego democrático. Un punto vital para dejar atrás la relación mediofin que daña el vínculo político entre Estado-ciudadano y entre ciudadanos mismos, y se afinca en el cinismo la posible construcción política del Estado, tal y como ha venido ocurriendo en América Latina, donde las llamadas democracias participativas han entronizado a nuevos caudillos electorales. Lo que sigue es una especie de relatoría intelectual de estos debates ciudadanos a lo largo de Cuba en cientos de MICs ―reunidas en dos jornadas diferentes en los meses de mayo y jun io― y de las diversas visiones complementarias o contrastadas entre los participantes. Como es conocido, estos debates se estructuraron en torno a la Constitución de 1940, a la Constitución de 1976 y a la propuesta que se conoce globalmente como Nuevo Constitucionalismo, entendida como la corriente que ve en muchas de las constituciones del siglo pasado serias limitaciones para expresar la cultura, las demandas, los derechos y el tipo de relaciones necesarias entre el Estado, los ciudadanos y la sociedad. Estas controversias, que solo hemos iniciado, corren en paralelo a la recogida de firmas y propuestas ciudadanas, como forma de participación, respaldo e implicación ciudadanos en el proyecto general de Asamblea Constituyente que impulsa Nuevo País. Con él se van comprometiendo un número cada vez más creciente de ciudadanos y de organizaciones de la sociedad civil y comunidad política independientes cubanas.