Identidades Numero 3, Septiembre 2014 | Page 40

Gustavo C. Echevarría 1998 Gustavo C. Echevarría 1998 La espléndida Paralelo acrílico sobre cartulina acrílico sobre cartulina violencia de las tensiones homoeróticas con particular densidad melodramática, que rememoran algunas escenas del cine negro norteamericano. En las aproximaciones críticas a su obra es frecuente el uso de ardides para evadir el término "homosexual", con el pretexto de que su obra trasciende la sexualidad a favor de un discurso cultural. Ese escamoteo silencia la voz homoerótica del arte cubano, neutraliza su alcance y legitimidad, sus efectos liberadores. El miedo a llamar las cosas por su nombre reduce la lectura del panorama plástico cubano a una plataforma conceptual e ideológica que no alcanza la totalidad del pensamiento estético y su auténtica riqueza. De espaldas a esta situación, Rocío concibe una obra sobre relaciones humanas y amor transgenérico, perspicaz en la representación y los recursos expresivos de la plástica con historias breves que, en las variantes más libertinas y el amor homosexual como argumento, logran desentumecer los axiomas de los comportamientos sexuales. Libertad sexual, Eros sin ataduras, disfrute pleno de la vida y del cuerpo son algunas de las verdades más recurrentes en su trabajo. Precisamente en 1998 germina la serie pictórica Mámenle en raya, de Gustavo César Echevarría (Cutty), quien se ha hecho famoso no tanto por las 40 Gustavo C. Echevarría 1998 La tímida Verde acrílico sobre cartulina verdaderas provocaciones de su pintura, como debía ser, sino por la incapacidad de la crítica para entender su travestismo pictórico, que no es académico, pero tampoco naif; ni es pulcramente retiniano, pero tampoco exactamente bad; y que encuentra su gracia justo en ese montaje personalísimo de disímiles cruces, prosiguiendo dos líneas temáticas internamente conectadas: la intimidad de la mujer en el baño do méstico, con sus ejercicios de aseo o deseo, que la mirada mojigata sorprende como escatológicos, siendo lo más natural; y el flirteo de los gays, la contención forzosa del deseo, con sus condicionamientos culturales, en baños públicos y otros espacios de la lateralidad social, que como ciertas instituciones sociales de la posmodernidad pueden ser llamados heterotopías de contenido imaginario. Cutty se permite la perversidad adicional de convocar, en forma de pastiche genérico, toda una tradición sinuosa en la historia de la pintura occidental, en el sentido de tomar a la mujer de espalda, en una relación muy especial con "el paño", en la medida en que ella conoce o aprecia el hecho de ser espiada, hasta que el cubrimiento se torne entonces particularmente lúbrico. Evoca adustas realizaciones que tienden a desafiar frontalmente al espectador en un reto perceptivo,