así como en difusores de esta información metodológica.
¿Quién ofrece estos talleres y qué propone?
Estos talleres son impartidos por Claudio Fuentes Madan con el objetivo de
facilitar a blogueros y periodistas independientes una mejor comprensión de la
fotografía como lenguaje y una mayor
autonomía en sus trabajos.
Me decías que en 2011 disminuyó de
alguna manera el trabajo de la agencia. ¿Qué pasó?
En 2011 la agencia quedó un poco
abandonada por la cantidad de trabajo multifacético acumulado de sus coordinadores. En 2013 Orlando [Luis Pardo
Lazo] me pide hacerme cargo de la
agencia y entonces Claudio Fuentes y
yo retomamos el proyecto, junto con la
fotógrafa Silvia Corbelle, y la colaboración imprescindible del pintor Luis Trápaga, anfitrión del espacio doméstico
que sirve de sede a CubaRaw: la casagalería El Círculo. Gracias a este espacio podemos materializar todos los proyectos de exposición que, de otra manera, se quedarían en la virtualidad de
Internet, únicamente para la comunidad
internacional que sigue bien de cerca
todo lo relacionado con Cuba y para
algunos pocos privilegiados aquí dentro.
En los últimos años se ha incrementado
el número de galerías de este tipo, con
las propias casas de los artistas y promotores culturales funcionando con
muchas ganas y escasos recursos, sobre
todo en El Vedado, donde al mismo
tiempo se encuentran un número importante de galerías oficiales, las de “verdad”, con amplios salones y luces profesionales, en contraposición a la precariedad de aquellas que pujan en la vida
subterránea cultural de la alternatividad
habanera.
Lia y Luis. Foto: Claudio Fuentes
¿Cómo surge la idea de El Círculo?
La primera vez que pensamos en ese
título fue por una serie de dibujos de
Luis Trápaga, la cual se llamaba El
Círculo Vicioso. Nuestro statement: el
círculo infantil, el círculo de tiza, el
círculo cromático, el círculo polar, el
círculo vicioso, el círculo que no se
acaba de cerrar.
Coméntanos sobre aquella primera
exposición colectiva.
Aquella vez intentamos inaugurar el
espacio con 3 artistas cubanoamericanos
y terminó en una exposición personal de
Luis [Trápaga], al ser frustrada por el
MININT, que confiscó la obra de uno
de los artistas en el aeropuerto y no la
devolvió hasta mucho después de su
regreso a Estados Unidos. Ellos (la Seguridad del Estado) alegaban que estábamos enmarcando la exposición en el
contexto de la XI Bienal de La Habana
y debimos haber pedido permiso oficial
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