greso a Cuba de quienes se habían marchado por oponerse al régimen. Cierto
relajamiento y cierta liberalización posibilitaron hablar un poco más abiertamente sobre la discriminación racial.
Sin embargo, 125 mil cubanos abandonaron la Isla por el puerto de Mariel en
1980, entre ellos muchos negros y mulatos, santeros y homosexuales, rumbo a
Estados Unidos. Era el prolegómeno del
denominado Período Especial, que sobrevino a comienzos de la década siguiente.
De esa época datan algunos intentos
truncos de revitalizar el interés por el
negro cubano, como el renacimiento de
la antigua Sociedad de Estudios Afrocubanos como Fundación de Estudios
Afroamericanos. Ni la Casa de África
de Santiago de Cuba pudo reunir gran
público, a pesar de ser uno de los principales referentes en tales estudios. Con
énfasis en la religión afrocubana, las
obras editadas a fines de los 80 y comienzos de los 90 no tuvieron la repercusión esperada. El mundo académico
no puso las temáticas negras como prioridad en su agenda. Sin embargo, a partir de 1992 se perfilaron cambios. El
Partido Comunista orientó a las instituciones de las ciencias sociales cubanas
centrarse en el tema. El problema racial