Identidades No 5, Abril, 2015 | Page 26

sonas cuyo único pecado fue nacer con la piel oscura. Un poco de historia Salvo las naturales diferencias impuestas por circunstancias de tiempo y lugar, el proceso de conquista, colonización y repoblación de Cuba no difiere, en lo fundamental, de cualquier otro pueblo del nuevo o del viejo mundo que fue sometido, por la fuerza, a otro pueblo más fuerte o de civilización más avanzada. En Cuba se repite una vez más, a partir del momento en que se incorpora como colonia a la metrópoli española, aquello que constituye, a través de la historia, tanto para el salvaje primitivo como para el civilizado de hoy, la razón o la causa fundamental de toda gestión política o militar organizada con fines de conquista: la explotación y sometimiento del pueblo vencido por el pueblo vencedor y, por consiguiente, la expropiación de las riquezas de aquél. La esclavitud no fue un fenómeno específico cubano y sus consecuencias no difieren en el siglo XVI de aquellas que vivió el esclavo griego en los tiempos de Solón. La esclavitud es fundamentalmente un hecho económico, que permite a una pequeña parte de la sociedad (la clase privilegiada) apropiarse del producto del trabajo de otra porción considerable de ella (la clase explotada). El interés del esclavista, de la clase dominante, está encaminado a impedir el paso del esclavo a todo aquello que pueda redimirlo de su condición servil. En este sentido está dirigida la política de los esclavistas, tanto de los españoles al principio como de éstos y sus descendientes cubanos, que se convertirían en la aristocracia criolla denominada, por los estudiosos de este período histórico, como la sacarocracia cubana, unidos en este interés común a esclavistas extranjeros. La realidad económica que incorpora al negro a Cuba determina los procesos de su desarrollo político y social que no podían conducir sino a la desastrosa situación que constituye hoy su realidad social.2 El siglo XIX en Cuba estuvo influenciado por los acontecimientos que se dan en América Latina y el Caribe. En la colonia francesa de Haití se gesta, después de una sangrienta lucha contra el colonialismo francés, una República gobernada por antiguos esclavos, mientras en las naciones vecinas latinoamericanas se daba el puntillazo final al colonialismo español con la expulsión de sus representantes y la proclamación acelerada y continua de repúblicas independientes. Esto generó miedo entre las clases beneficiadas por el sistema de plantación cañero y ese miedo se sobredimensionó por la cercanía geográfica. Se temía que el ejemplo haitiano se expandiera por toda Cuba y al descubrirse en 1812 la conspiración encabezada por el descendiente de esclavos José Antonio Aponte, se reprimió con brutalidad y ensañamiento para demostrar que no se iba a permitir espacio a la rebeldía negra. Como era de esperarse, treinta años después la Conspiración de la Escalera correría igual suerte.3 Ambas conspiraciones, a pesar de ser reprimidas sanguinariamente, mostraron la alta preparación de negros y mestizos libres para visualizar líderes de acción y de opinión (intelectuales). La ferocidad con que fueron ejecutados sus principales figuras mostró a su vez la necesidad de eliminar a la incipiente burguesía negra, agrupada en determinados sectores de producción como las manualidades, y en proceso de integración en la nación que se iba conformando. En 1868 comienza el período de guerras por la independencia, que finalizó en 1898 y en el cual los negros y mestizos cubanos jugaron un rol fundamental. Sin embargo, las diferencias por el color de la piel siguieron marcando, dentro de la manigua redentora, el papel que habría de tocar a quienes fueron esclavos o descendían de ellos. La vida económi- 26