IDENTIDADES 1 ESPAÑOL IDENTIDADES 9 ESPAÑOL | Page 49
circunstancias,
no
poseen
nada
legalmente justificable como fortuna. Y
si a pesar de eso, se arriesgan, la
atrabancan con manos golosas y la
disfrutan, hay siempre una probabilidad
de terminar en prisión. Y allí se verán
mezclados con todo el detritus social
que ayudaron a crear, apoyando y
haciendo funcionar un disfuncional
sistema, sin que nada material les quede
acumulado de lo que se empeñaron en
acumular durante veinte o treinta años.
Ni para ellos, ni para su familia.
Todo eso los aterroriza e inquieta. Y es
que ante sus ojos permanecen en vivo
ejemplos del agradecimiento que tienen
que esperar del régimen para el que
trabajan. Observan demudados la vida
que les toca a los cuadros y ejecutivos
más viejos. Disfrutaban de los mismos
privilegios y ahora son un limón
chupado, ya sin jugo que aportar. Les
toca jugar en la novena de la creciente
pobreza que cuelga sobre la mayoría
abrumadora de la población, o
sumergirse en el también creciente
mundo de las ilegalidades.
El pro para la transición real
Pero esos componentes de la joven
nomenclatura
de
segunda
fila,
imprescindibles para el funcionamiento,
aunque sea a tumbos, de esta
maquinaria de peligroso artefacto
oxidado, no quieren nada de eso para su
futuro. Lo que realmente quieren es un
cuerpo de leyes que justifique como
fortuna personal, la riqueza amasada o
la que pretenden amasar de acuerdo con
las ventajas de sus altos cargos.
Mas el tiempo presente no los
acompaña. Los preceden unos ancianos
que fueron los primeros interventores de
la riqueza nacional. Parapetados sin
permitir que nuevos miembros entren en
masa (y los sustituyan) en el club de los
autorizados a obtener jugosos beneficios
del bien público. Saben bien que a
mediano plazo eso significa anular para
la mayoría de la población el viejo
apotegma maoísta que es la guía de
todos los cambios recientes: “los
pueblos que dejan de ser pobres, dejan
de ser revolucionarios”. Entretanto, las
bases de sostén real y concreto del
régimen (Venezuela vampirizada, las
remesas de Miami, las jugosas
colecturías por el trabajo esclavo de
médicos en el extranjero, las sangrías
aduanales de viajeros y bienes por
frontera), así como las imaginarias (el
puerto de Mariel sin alcanzar los de
USA, sustento de
supervivencia
milagrera, vendido como megaproyecto
salvador nacional), se van debilitando
ante una realidad demoledora: que todo
eso tiene una base demasiado endeble
de credibilidad y sostenimiento, por lo
que puede irse al diablo en muy corto
plazo.
Mas aceptando que aun así la vieja
guardia lograra conservar el poder, el
país quedaría un estado tan precario que
habría que reducir aún más el círculo de
paniaguados y prebendas a las que estos
jóvenes cuadros están adscritos. Y
tampoco quieren eso, porque con ellos
se esfuman las frágiles posibilidades de
adquirir un poco más de privilegios y,
sobre todo, cargos que más o menos los
garanticen, aunque siempre con el
riesgo de la represión y el ya tradicional
despojo rampante y el ostracismo
político que hoy gozan algunas antiguas
estrellas del firmamento castrista, como
dos cancilleres (Felipe Pérez Roque y
Roberto Robaina), dos Carlitos (Lage y
Aldana), y un largo etc.
Sin embargo, pese a todo ello, la
inquieta y ávida capa de privilegiados
ejecutores de órdenes no se atreve a
movilizarse para ir decididamente
sustituyendo al tozudo amo, dando paso
a una nueva concepción del Estado, ya
abiertamente
capitalista
en
lo
económico, donde sean los primeros en
meter mano al área pública tal como
hicieran los sandinistas en Nicaragua, o
los capitostes y ex KGB en Rusia, y
asegurarse legalmente lo suyo. Pero
quizá por ser pichones alimentados del
biberón totalitario, y para nada
48