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tas fueron dadas precisamente por el fundador de dicho racismo y por un periodista negro . Fidel Castro advirtió que las “ palabras más almibaradas ” del discurso del presidente afroamericano al pueblo cubano venían cargadas de veneno : “ Se supone que cada uno de nosotros corría el riesgo de un infarto al escuchar estas palabras del Presidente de Estados Unidos ”. No ocultó sus expectativas favorables : “ De cierta forma yo deseaba que la conducta de Obama fuese correcta . Su origen humilde y su inteligencia natural eran evidentes ” 15 . Llama la atención su insistencia en recalcar la inteligencia del norteamericano , como si hubiese alguna contradicción implícita . Ya había dicho antes : “ Sin dudas inteligente , bien instruido y buen comunicador , hizo pensar a no poca gente que era un émulo de Abraham Lincoln y Martin Luther King ” 16 . Esas expectativas llevan al fundador de la única dinastía cubana a echarle en cara a Obama su mal comportamiento , su conducta impropia . Lo que lo lleva de inmediato a invocar a Mandela en el momento que “ estaba preso de por vida y se había convertido en un gigante de la lucha por la dignidad humana ”. En su artículo “ El hermano Obama ”, la mente del viejo dictador desvaría pero no se aleja demasiado de su objetivo principal : advertir que por lejos que esté Obama de la imagen de las viejas profecías sobre el enemigo imperialista ― ese señor blanco y obeso con una bolsa cargada de monedas ― es la encarnación misma del enemigo : “ Nadie se haga la ilusión (…) No necesitamos que el imperio nos regale nada ”. Y volvió a echar mano a la frasetalismán del “ glorioso líder negro Antonio Maceo ”: “ Quien intente apropiarse de Cuba recogerá el polvo de su suelo anegado en sangre , si no perece en la lucha ”. Así dictó el anciano dictador en su nuevo llamado al degüello simbólico del viejo enemigo . Elías Argudín , periodista negro del diario Tribuna de La Habana , fue bastante más diáfano :
Obama “ optó por criticar y sugerir , con sutilezas , en una velada , pero a la vez inconfundible , incitación a la rebeldía y el desorden , sin importante estar en morada ajena . No cabe dudas , a Obama se le fue la mano . No puedo menos que decirle ― al estilo de Virulo ― “¡ Pero Negro , ¿ tú eres sueco ?” 17 . Vale la pena recordar el origen de la frase , que también dio nombre a un artículo tan criticado que obligó al autor a una suerte de retractación . Se trata de un viejo sketch humorístico de principios de los ochenta , en el cual un hombre negro intentaba entrar con un pasaporte sueco a una tienda exclusiva para personal diplomático y otros extranjeros , y lo detienen en la puerta con esa frase . O sea , una expresión originada en las condiciones del particular apartheid cubano , que impedía a la gran mayoría de los cubanos el acceso a servicios e instalaciones reservados a extranjeros y ciertos cubanos . Desde entonces esa expresión se ha usado para recordar con cierta jocosidad insultante , a los cubanos en general y los negros en particular , los límites que supone su condición . En este nuevo contexto , la frase parece encaminada a recordarle al presidente norteamericano qué no le “ toca ” hacer en su condición de negro o de invitado , por muy presidente que sea . El racismo revolucionario se notó al insistirse en ciertas expectativas asociadas con la raza del actual presidente norteamericano . De ahí que la reacción en los medios oficiales a su visita ― y en especial a su discurso en defensa de los valores democráticos ― haya sido tan visceral . Siendo negro , la democracia norteamericana es algo “ no le toca ” por mucho que Martin Luther King Jr . iniciase su cruzada antirracista con un llamado a “ aplicar nuestra ciudadanía [ norteamericana ] a la totalidad de su significado ” 18 . Aunque los periodistas y funcionarios que atacaron al presidente norteamericano debían saber que Obama llegó a la presidencia con la mayoría de los votos de un país que durante décadas
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